Análisis

Manuel del Rosal: «Yo nunca miento»

Manuel del Rosal: "Yo nunca miento"
A Pedro Sanchez le crece la nariz

Pedro Sánchez va a presentar un proyecto de ley para pedir a la rae eliminar de su diccionario la palabra verdad

Estará apoyado por todos los que forman su gobierno, fundamentalmente por el ministro de Fomento señor Ábalos, otro mentiroso compulsivo como el propio Sánchez.

Pedro Sánchez ha explicado las razones por las que no quiere que la palabra verdad figure en el diccionario. «No puedo conciliar el sueño debido a una pesadilla que me atormenta y se repite dos veces por semana. En la pesadilla me veo en el Congreso y ante los medios de comunicación ¡diciendo la verdad! Es insoportable soñar que digo la verdad. Lo he comentado con Pepe Luis Ábalos, mi ministro de Fomento, el cual me ha confesado que él también tiene esas pesadillas solo que, en vez de dos veces a la semana, las sueña cuatro veces; pues miente todavía más que yo. Añade que la verdad le ha llegado a producir somatizaciones – no le digo que a mí también – Si la palabra verdad desapareciera del diccionario de la RAE, esta no existiría y como consecuencia de ello, la mentira dejaría de ser procedente. Si no hay verdad, no hay mentira. Pepe Luis está totalmente de acuerdo conmigo»

Ivan Redondo, maquiavélico jefe de gabinete y muñidor de todo lo que dice y hace Pedro Sánchez, preocupado por el estado mental al que puede llegar su jefe, en permanente contradicción por sus mentiras que quiere hacer ver a los ciudadanos como verdades, y por su esquizofrenia cuando dice una cosa y su contraria, le ha propuesto como terapia que se tienda en el sillón del psicoanálisis. Ivan le ha recomendado a un psiquiatra amigo experto en reconducir a políticos que, llevados en demasía a mentir, traicionar y manipular, habían caído en tal cúmulo de mentiras y contradicciones que ellos mismos ya no sabían ni donde estaban ni hacia donde caminaban, convirtiendo los consejos de ministros en un diálogo para besugos de los que nada salía ni entraba. Ivan teme que Pedro Sánchez termine por contagiar a muchos de sus ministros en su esquizofrenia, estos a los medios de comunicación y estos, en última instancia, a los ciudadanos. De no parar esta deriva por el proceloso mar de la mentira, el disimulo, las fotos de álbum y las poses manipuladoras, el gobierno y, lo que es peor, el país puede derivar en un enorme manicomio en el que la verdad sea desconocida, la mentira entronizada y los ciudadanos presos de sueños irreales, tal como pasó en tiempos de Zapatero que se creyó e hizo creer a los españoles que «jugábamos en la champions de la economía» y que la falsa riqueza en la que nos hizo creer que vivíamos, era para siempre jamás. Tras eso vino le debacle, pues la realidad, la dura realidad y los tercos hechos, sumados al juez que nunca se equivoca: el tiempo, nos llevaron a la ruina, de la que todavía no hemos salido. Pedro, sin embargo, atendiendo aquello de «si la acierta mal, mantenerla y no enmendarla», ha contestado a Ivan que a él los españoles, España y el futuro de ambos le importan un rábano; que lo que él siempre ha deseado desde que empezó a tener uso de razón era tener el poder aunque para ello tuviera que anular la palabra verdad del diccionario de la RAE por decreto ley

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído