ANÁLISIS

«Los Catalanes no tenemos Rey», ha dicho el imbécil Torra

"Los Catalanes no tenemos Rey", ha dicho el imbécil Torra
El independentista Quim Torra y el socialista Pedro Sánchez. EP

Diciéndolo, Quim ha expresado la mayor tontería política. Como si un hijo de burro dijera que no tiene abuelo.

Imbécil, del latín imbecillis, es un individuo de pensamiento débil, de escasa fuerza mental. La imbecillitas señalaba, según los ciceronianos, una enfermedad mental consistente en necedad, estupidez, torpeza intelectual.

El adjetivo admite gran cantidad de términos sinónimos: lelo, menso, tarado, idiota, gilipollas, pendejo, huevón, burro, hijo de burro… Todos ellos aplicables a Quim Torra, no con ánimo de insulto, que es lo que él suele hacer al refirirse a los españoles, catalanes y no catalanes, sino con intención calificadora y taxidérmica.

Señor Torra, si usted, y su gente nacionalista, de la tribu soberanista, proclama simbólicamente (porque no puede hacerlo de otra manera), que «no tiene rey», porque se siente republicano de Cataqué, junto al cateto Puigdemont, «presidente» catapultado al exilio para no estar apresado por delincuente, está declarándose democráticamente apátrida, y se le ha de exigir inmediatamente que entregue su pasaporte español.

Exíliese, Señor Torra, y no represente escandalosa y mendazmente a los españoles de la autonomía catalana.
Esta cuestión polémica se ha disparado cuando, tras la audiencia del Rey en Palma de Mallorca al Presidente Sánchez, a éste se le preguntó, en rueda de prensa, por su posicionamiento frente a la campaña ofensiva emprendida por Torra, que intenta desacreditar la figura y el papel moderador de Felipe VI, que estará presente en Barcelona con motivo del aniversario del atentado yihadista del 17 de Agosto de 2017.

El Presidente del Gobierno, como representante del pueblo español (que incluye histórica y constitucionalmente a la «nacionalidad» catalana) hará mal en ceder un ápice a los intentos, siempre frustrados por la legalidad y por el amparo de Europa y de los pueblos avanzados del mundo, del bellaco Quim, acólito de Puigdemont, y también aspirante a la condición de preso. No puede el Señor Sánchez ofrecer «plátanos al mono» que insulta deslealmente al Rey de los españoles.

El humanista Erasmo de Roterdam, que se ocupó de la estupidez humana en su magnifico ensayo Elogio de la estulticia, ha tenido como seguidor en la actualidad al político y economista Carlo M. Cipolla, autor de Allegro ma non troppo (1988), en el cual se señalan, entre las leyes fundamentales de la estupidez humana, las siguientes:

  • – Inviste a personas que son habitualmente consideradas racionales e inteligentes, pero resultan ser inequívocamente estúpidas.
    – Inexorablemente nos tropezamos, día a día, con individuos que sistemáticamente entorpecen, embargados por sus sentimientos particulares, egoístas o sectarios, la actividad normal de sociedades democráticas, apareciendo subrepticiamente con hábitos mentales y morales calificables de estúpidos, que impiden la convivencia humana.
    – Con tales especímenes se hace imposible el diálogo para el encuentro, el acuerdo y la concordia.
    – Se hace necesario huir apresuradamente de tales individuos, y de los intereses de grupo que representan, dado que su estulticia causa grandes pérdidas a la comunidad social, política y económicamente valuables.
    – Se trata de «bandidos estúpidos», que han de ser separados de las comunidades.

Quim, con su teoría de la «supremacía catalana», es un seudo intelectual, bandido estúpido altamente peligroso.

Da risa que Pedro Sánchez, habiendo tachado de «racista y «supremacista» a Torra, ahora lo vea con «buen ojo», y por no desairar al soberanista, apele a la «normalidad».
Cuando se acerca la fecha de la conmemoración del atentado del 17 de Agosto en Barcelona y en Cambrils y el pueblo español trata de secundar, con muestras de dolor, el llanto por las victimas del nefasto suceso, hay que oponer a la provocación de Torra y a sus invectivas de boicot al Rey, el recuerdo de los muchos fallos, que no deben repetirse, que precedieron, acompañaron y siguieron a la realización del atentado:

Las imprevisiones de seguridad de la Alcaldesa de Barcelona, que, subsanadas, pudieron haberlo evitado; la descoordinación de los Mossos de Escuadra con la Policía Nacional del Estado, avisada por instituciones internacionales de Seguridad; el descontrol de las huestes musulmanas, dirigidas por el Imán de Ripoll, que no fue vigilado, conociéndose sus antecedentes; la imprevista eliminación de los responsables de los atentados de las Ramblas… En todos estos sucesos cabe protagonismo responsable de las autoridades políticas de la Generalitat, que, en sus ruedas de prensa sobre las actuaciones terroristas, y sus conexiones, incurrieron en múltiples incoherencias y contradicciones.

Resulta inadmisible que a los Comités de Defensa de la República se les permita organizar, previamente al acto conmemorativo de dolor nacional, un acto de agravio a la Monarquía constitucional, bajo el lema «Karda Fora el Borbó», para caldear el ambiente ante la llegada pacifica del Rey Felipe, que llega, sin afán de protagonismo, para ofrecer su apoyo en nombre de los españoles a los ciudadanos de Cataluña y en recuerdo de las victimas del yihadismo.

Cuando la estupidez hace imposible el diálogo político, no se ha de ofrecer «plátanos al mono», sino disuadirle con la «leña» de la ley.
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NOTA.- José Luis Suárez Rodríguez es Director de www.masespaña.es Es autor de Filosofia y Humor y Lúdica. Asesor. Analista Político.

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