Análisis

Victor Entrialgo De Castro: «La escoba nacional»

Victor Entrialgo De Castro: "La escoba nacional"
Pedro Sánchez (PSOE) y el avión Falcon. EP

Junto a las citas históricas de Cesar, Napoleón y Cicerón, siempre recuerdo la de un amigo de cuyo nombre no quiero acordarme, por si no le fuere en gana, quien tras el nombramiento de Sanchez como presidente del gobierno enunció la célebre sentencia: «Éste hará bueno a Zapatero».

Ahora que se ha hecho tan dificil elegir entre los telediarios que te quieren vender la moto y los que te quieren colocar una lavadora en mitad de las noticias, me sucedió no ha mucho un incidente doméstico absurdo que he venido en llamar una «metáfora doméstica».

Y fue que, aburrido con el reclamo de las violencias y las tragedias abandoné el reposo frente al televisor y como si fuera el caballero Roldán, Don Belianis Reinaldos de Montalbán o cualquier otro de los que D Quijote encontró en las novelas de caballerías, ni corto ni perezoso pero poco habituado, busqué la escoba decidido a acometer el barrido del suelo de la cocina, con tan mala suerte que al cerrar la puerta del habitáculo donde comprobé que se haya confinada, la escoba se deslizó y bajó desde su apartada esquina atravesándose ante mis narices delante de la puerta de modo que apoyada en la otra pared bloqueaba la puerta. Ni palante ni patrás, no se podía ni asir la escoba ni abrir la puerta.

No me digan por qué, pero me acordé de Pedro Sanchez.

Su anuncio de que prolongará su legislatura todo lo que pueda con ayuda de los separatistas y la constatación manifiesta de que está ahí por el sólo placer de estar, aún siendo consciente de que ello pone en peligro los intereses generales y la estabilidad de la Nación, le coloca en situación dificil ante la Historia si es que no tiene que responder antes ante sus coetáneos.

Y el relatado incidente de la escoba bloqueando la puerta me asaltó como una metáfora doméstica ahora que comienza el trámite de los presupuestos en el Parlamento, junto a la pretensión del Presidente de hacernos tragar con un presupuesto pactado con los separatistas y contrario a la voluntad de los españoles que piden elecciones generales. Todo ello unido a la proximidad de las autonómicas y municipales, me recordó que si los españoles pudiéramos de verdad acceder a la escoba que bloquea nuestra soberania cuantas cosas barreríamos de nuestra democracia.

Es preciso que los partidos hagan las modificaciones e interpretaciones normativas imprescindibles, de acuerdo como dice el Código civil con la realidad social y el tiempo en que han de ser aplicadas, para que las legislaturas no puedan estar en manos del secesionismo. O sea, para que una escoba, en lugar de para barrer, se utilice por un Presidente insensato y egoísta para bloquear la puerta por donde el país está pidiendo a gritos que «nuestra» democracia se limpie, se conduzca y salga de sus laberintos.

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