ANALISIS

Alfonso Ussía apalea a Alberto Garzón, ‘el majadero de la utopía’, por ocultar el saqueo del verdugo Maduro

Alfonso Ussía apalea a Alberto Garzón, 'el majadero de la utopía', por ocultar el saqueo del verdugo Maduro
Alfonso Ussía y Alberto Garzón (PODEMOS). EP

Va de humilde monaguillo, pero Aberto Garzón es un personaje siniestro (El sectario Alberto Garzón cocina con una Thermomix de 1.000 euros y una sudadera comunista).

En otra época y con otros medios, hubiera sido el jefe de la Cheka (Venezuela: Los sicarios de la GNB del tirano Maduro atacan una iglesia en plena misa).

Los ataques que el sectario Garzón está dedicando a Juan Guaidó y los opositores que, con ayuda de parte del Ejército, están tratando de hundir el régimen de Nicolás Maduro, han tenido cumplida y rotunda respuesta de Alfonso Ussía, harto de las «chorradas» del líder de IU e integrado en las listas de Iglesias, que tendría «que apellidarse Gorzán en lugar de Garzón, porque va siempre al revés (Alberto Garzón propone subir el salario mínimo a 1.300 € y en Twitter se chotean de él: «Cambia de camello»).

A su lado, Llamazares parece Churchill».

El veterano columnista recuerda en su penúltima columna en La Razón:

«Maduro, Cilia, Diosdado, miembros del Gobierno y altos jefes de la milicia comunista tenían preparado en la base de La Carlota el avión que los llevaría a Cuba.

La mitad del avión con los criminales en fuga, y la otra mitad con sacos abarrotados de billetes de dólares, piezas de oro, joyas y toda suerte de riquezas robadas al pueblo venezolano».

Y ahí reside la gran contradicción de lo que dice defender Garzón y lo que aprueba en Venezuela, «el robo de miles de millones de dólares a los venezolanos, y que éstos mueran en hospitales sin medicinas y en condiciones infrahumanas».

«Creía que Gorzán era un comunista de verdad, es decir, un majadero de la utopía, pero no que defendía la riqueza hurtada a un pueblo que sufre. Que ha sufrido tanto que ha decidido jugársela, con el apoyo de las leyes, en el intento de derrocar a los canallas que habitan en el Palacio de Miraflores».

Sentencia, genial, Ussía, con este último recordatorio:

«Gorzán, Gorzán, que se te ve el plumero. El que te afanaste con plumas de cacatúa neozelandesa durante aquel inolvidable viaje de novios que culminaste «como cualquier joven recién casado español».

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