La columna es en realidad una nota subida por Hermann Terstch a Facebook, en respuesta a otra de Zoe Valdés:
Cierto @zoevaldes así es, Europa fue salvada dos veces de sus propios monstruos por EEUU. Su libertad se la debe a los EEUU de América.
El pago ha sido siempre la deslealtad y el desprecio. Europa no perdona a EEUU que la salvara de su nazismo, su fascismo y su comunismo, todas ellas criaturas suyas.
Europa ha protegido durante 60 años a la maldición que es la Cuba comunista para toda América. Y hoy vuelve a traicionar a América, norte, centro y sur, con su mezquindad, su cobardía y su insufrible pretensión de superioridad moral, con la que protege allí lo que no quiere para sí.
Europa, sus elites relativistas, arrogantes y cínicas, prefiere que mueran venezolanos y vivan en esclavitud los cubanos a revisar su podrida doctrina sobre el romanticismo emancipatorio del comunismo mezclada con toda la basura roussoniana del buen salvaje.
Europa, con sus muy cuestionables democracias de partidos de Estado, asume desde hace décadas la socialdemocracia como ideología del Estado que aplasta todo aquello que la cuestiona. Nunca defendió en Iberoamérica la libertad, como tampoco lo quiso en Europa Oriental.
Europa adoró la Ostpolitik y nunca ha condenado ni hecho autocrítica sobre esta política que impuso la socialdemocracia alemana, que en realidad era el más cínico relativismo que equiparaba moralmente a los regímenes comunistas del este con las democracias occidentales y busca el acercamiento por asimilación. En territorios muy lejanos a la libertad-
Si no llega a ser por el pensamiento militante en favor de la libertad y política radicalmente contrario a la Ostpolitik, intrépidamente anti-relativista y antisocialdemócrata, que fue el de de aquel trío de defensores del individuo y sus derechos sagrados, que eran Reagan, Thatcher y Wojtyla, los regímenes comunistas no habrían sucumbido bajo un terremoto como sucedió en 1989.
La vergonzosa actitud de Europa en Venezuela que llega hasta la abierta complicidad con y protección a la dictadura de Maduro, mientras esta asesina a su población, vuelve a revelar la hipocresía y ante toda la afinidad de la socialdemocracia con la experimentación social.
Europa, con la izquierdista Mogherini como símbolo de la complicidad de la socialdemocracia de la UE con la experimentación social comunista en Iberoamérica, simbolizada a su vez por el Foro de SaoPaulo, intenta evitar el colapso total de la aventura comunista en iberoamérica.
La UE vio con alarma la elección de Trump, la colosal gesta colombiana de la dignidad que hizo fracasar su gran apuesta de la estafa del «proceso de paz» de Santos y las FARC, el fin del mito falaz de Lula y la llegada de Bolsonaro y el naufragio total en el caos y el crimen de sus socios, sí, sus socios, Maduro y Ortega.
Por eso la socialdemocracia europea ha recurrido a los sucios servicios de Zapatero y del gobierno español, además de Mogherini, para limitar daños y buscar una salida en Caracas que no sea el colapso total que arrastre también a Cuba. Se trata de evitar a toda costa que triunfe la libertad.
El triunfo de la libertad y la caída de los comunistas en Venezuela y Cuba, se temen todos ellos, solo llegaría, como llegó en Europa, constituyendo un triunfo de los EEUU y aquí también del grupo de Lima, que así se ratificaría por primera vez en una posición de anticomunismo militante de la mayoría de las democracias iberoamericanas. La mera idea de que esto suceda ya horroriza en la UE.
Tanto miedo de la un triunfo de Trump en Iberoamérica como el hundimiento del comunismo como ideología hermana. Europa jamás ha dado el paso de la dignidad y demanda de la libertad que promovió Vaclav Havel antes de morir que está en la Declaración de Praga y que equiparara como ideologías criminales al comunismo con el nazismo y exige el mismo grado de proscripción y condena para ambos.
La liberación de toda América de la pesadilla del cruel experimento con seres humanos que es el socialismo en todas sus vertientes crearía en el hemisferio un inmenso espacio de libertad que contrastaría con una Europa maniatada en palabra y obra por una socialdemocracia que todo regula y cada vez persigue más con su rodillo izquierdista de la corrección política.
De ahí, querida @zoevaldes que tengas toda la razón en que nada pueden esperar los americanos de una UE cínica e inmoral, relativista al máximo. Y además ya ahora muy asustada de las fuerzas que, en el propio continente europeo, se alzan por la libertad y contra la tiranía amable y de guante blanco socialdemócrata.
Europa intentará evitar que caigan del todo los comunistas en Venezuela y Cuba como quiso salvar el proyecto comunista cubano en Chile en 1973. Si llega a triunfar Allende, aquel títere de Castro, hoy Mogherini celebraría el 46 cumpleaños de la dictadura comunista en un Chile tan plagado de hambre y sangre como las Venezuela y Cuba actuales.
Mogherini nunca homenajeará a quien salvó a Chile de semejante terrible suerte sino a aquellos que quisieron arrastrar a Chile a la desgracia. Chile es una pujante democracia y próspera economía porque se frenó aquella locura revolucionaria comunista.
La esperanza hoy está en que, igual que en América avanzan claramente las fuerzas con un concepto de la libertad individual y la democracia, por tanto de firmeza anticomunista, en Europa, la socialdemocracia -de todos los partidos del consenso con sus diferentes matices, pero todos ellos sumisos a la hegemonía cultural izquierdista.- ha entrado en su crisis terminal.
Europa va a cambiar gracias a los movimientos que combaten esa permanente mentira de la socialdemocracia que, aparte de su abierta complicidad con otras vías de dominación más brutales, como son las dictaduras comunistas en Cuba o Venezuela, con su propia experimentación social ha creado una servidumbre general de sociedades acalladas y esclavizadas por regímenes de brutal extracción fiscal y control obsesivo, enemigos declarados de la libertad.
Solo hay que desear que a ambos lados del Atlántico cuajen firmemente movimientos que acaben con los monstruos colectivistas de todo tipo que por su naturaleza son hostiles a la libertad del ser humano.
