Que en la Política siempre se mete la gente
Que sirve para poco y en cualquier parte estorba,
Hoy ni el más seco de seso lo pone en duda;
Esta madrastra siempre ha sido y es indulgente
Y muta en acogedora la cara torva
Con la que los vomitan Cristo, Mahoma y Buda;
Tal que así la Política es la Religión
Que a inútiles y holgazanes mola un montón;
Me suena que cuando se tiene un hijo o hija,
Que sea algo imbécil o imbécil del todo,
Que lo lleve a esta escuela se le aconseja;
En ella, sea uno pijo o sea una pija,
Por sí mismo o por sí misma encuentran el modo
De aprender de todas las asignaturas la más vieja:
La que al pobre hace rico y listo al necio,
Sin dar palo al agua, gratis, de balde, sin precio;
La Política lo único que siempre hace
Es poner a unos o a unas a la Derecha,
Y a otros o a otras sin distinción a la Izquierda,
Según cada cual o cada cuala donde pace:
En una dehesa llena de piedras y estrecha,
O en una pradera ancha y a tope de mierda;
Es lo que hay, según mi leal saber y entender,
Lo único que en esta vida he podido aprender;
Por más que los Rojos se me pongan de uñas,
Les digo que lo que digo ni me lo han contado,
Ni lo he leído, ni es oficio, ni ciencia,
Ni arte que haya aprendido poniéndole cuñas
De la misma madera a la memoria de un lado
O de otro… ¡Es mi propia y triste experiencia!;
Me va, pues sus antojos no me dejan vivir,
A los de matriz seca… ¡ponerlos a parir!
