Análisis

Victor Entrialgo De Castro: «El caballo de Troya»

Victor Entrialgo De Castro: "El caballo de Troya"
El caballo de Troya. HW

No hicieron caso a Laocontee y a tantos otros que advirtieron que no dejaran entrar el caballo de madera en el Parlamento, pero los españoles votaron como si no fuera con ellos.

Pudieron más la ley electoral, la división, la nómina, los prejuicios ancestrales, la subvención, el voto de sus abuelos, y el que me quede como estoy.

Vieron en la playa el caballo de madera, como los troyanos, vieron lo que sucedió en Cataluña, la vulneración de «su propia Constitución», los problemas de la policía en su país para hacer ejecutar sentencias, las afrentas y desafios separatistas, las secuencias de un golpe de Estado en directo, con sus cómplices aupados por una moción de censura de «nuestro Sinón», el griego cautivo que traicionó a los troyanos y abrió el caballo de madera para que salieran los suyos. Y aún viendo todo eso, los españoles propiciaron con su voto lo que está pasando.

Cuatro veces se paró la máquina en el mismo umbral del golpe de estado, y cuatro veces se oyó resonar en el vientre, los instrumentos para la destrucción de la Nación.

Permitieron que el fatal monstruo entrase en el mismísimo parlamento de la Nación. Ahora tendrán que arrostrar las consecuencias.

Infelices, los españoles festejaban ayer la constitución de ese parlamento con juras y promesas individuales tan largas y tan estúpidas que aquello parecía Eurovisión. Y qué nos importan a nosotros, mandantes, las razones por las que juran los mandatarios. Un estúpido reglamento y un más estúpido Tribunal Constitucional, impiden un acto serio. «¿Usted jura, o promete? Sepa usted Sr. diputado, que si quiere añadir algo más, habrá de ir a Eurovisión o a la puta calle», es la única fórmula que debiera aceptarse.

Pedro Sanchez, votado por un montón de españoles, les abrió en su dia el vientre del caballo de madera a los separatistas, con su moción de censura, listas electorales y demás, y de allí salieron ayer golpistas para que Iglesias los abrazase electoralmente.

Era la hora del primer sopor…

Habiendo abierto Sanchez furtivamente a los golpistas su prisión de madera y devueltos por el Tribunal al aire libre, salen descolgándose por una maroma los separatistas al hemiciclo, caudillos desafiantes y altaneros como Jordi Sanchez, Rull, Turull, y el mismo Junqueras, el artífice de aquella traidora máquina, invaden la ciudad sepultada en el voto, el sueño y en el vino, abren las puertas, dan entrada a todos los compañeros, y el preso golpista Menelao Junqueras se dirige al propio Presidente de la Nación, como en su dia Tejero a Gutiérrez Mellado, para ordenarle que «tienen que hablar» faltó lo de «autoridad competente», para unirse luego a las huestes que les esperan para seguir dando este golpe coñazo e interminable.

¿Es que Troya después de diez años asediada era idiota? Idiota era aquel que se preocupaba sólo de lo suyo propio. Desde luego no se preocuparon del caballo que los griegos habían dejado en la playa.

¡Cuantos Laoocontes advirtieron con sus flechas que el caballo de madera no era tal! Que en su vientre albergaba males ya sospechados pero no atajados ni por Troya ni por nuestra democracia.

La mayoria de los medios que Grecia entonces no tenía, venían también en el caballo de madera repleto de emisiones, si no apoyando el golpe, equiparando al menos a los golpistas con sus víctimas, con chistosos, frikis y perros verdes en emisiones que maleducan la Nación a gritos en un país aún bastante salvaje.

España en camiseta, confunde avanzar con pasarse el día protestando. España es una queja permanente, pero no a la Sociedad, sino al Estado, hasta que decide tomarlo, asaltarlo, tomarlo en beneficio propio, entrando disimuladamente con el caballo de madera con el propósito de apoderarse de él.

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