ANÁLISIS

Joaquín Robles: «Primer jaque al bitcoin»

Joaquín Robles: "Primer jaque al bitcoin"
La criptomoneda Bitcoin, una divisa virtual. BT

Cuenta la leyenda que cuando John D. Rockefeller escuchaba a su limpiabotas decir que debía de invertir en bolsa, él lo vendía todo.

Esta frase hace referencia a la situación donde un conjunto de personas que no están familiarizados con los mercados financieros insisten mucho en realizar una inversión concreta en un activo que ha gozado de una subida vertiginosa sin tener unos conocimientos avanzados, es muy probable que estemos ante una burbuja y se trate de un mal momento para comprar y muy bueno para vender.

Hasta hace escasos meses era muy limitada la información que podríamos encontrar en los medios de comunicación sobre las criptomonedas y el Bitcoin en particular, pero tras una revalorización fuera de lo normal durante el pasado año, es difícil encontrar un día en el que no acapare la atención.

Durante al año 2017, el bitcoin se revalorizó más de un 1.700%, un comportamiento sin parangón frente al resto de activos financieros. Sin embargo durante el inicio de este año ha llegado a caer un 50% desde los máximos históricos marcados el pasado 18 de diciembre.

Esta volatilidad nos hace preguntarnos si estamos ante la moneda del futuro o ante otra burbuja.

Gran parte del éxito de esta moneda digital, que nació con el objetivo de resolver los problemas de seguridad que suponen los intercambios descentralizados, son su opacidad e inmediatez. Sin embargo es la desregulación, el factor que parece estar debilitando la confianza de los inversores. Las continuas restricciones los principales reguladores a nivel mundial y la falta de apoyo del sector financiero están desencadenando la huida de los inversores.

Actualmente esta moneda no está respaldada por ningún banco central, por lo que sus compradores no están protegidos por ninguna ley financiera. A principios de año, los temores de que se produjera una mayor regulación en mercados asiáticos como Corea del Sur y China inundó de dudas un mercado que parecía imparable.

En el caso de España, en particular, la Agencia Tributaria está estudiando la forma con la que gravar el uso de estas nuevas monedas, así como los monederos electrónicos y tarjetas de crédito vinculadas a esta divisa. Hacienda ha puesto el foco sobre las nuevas plataformas de economía colaborativa, dado el escaso control que permiten esquivar el pago de impuestos.

Durante los últimos meses, el bitcoin se ha convertido en un activo totalmente especulativo, en el que la dificultad para otorgarle un valor justo ha disparado su volatilidad. A pesar que el sentimiento del mercado es que se trata de un activo claramente sobrecomprado, todavía continúa existiendo una gran división de opiniones sobre su comportamiento futuro.

Hay muchos inversores que han defendido que se trataba de una burbuja, y que cuando las personas compran un activo con la única justificación de que éste va a subir, sin preguntarse en ningún momento por su valor, dicha inversión carece de racionalidad. Los últimos movimientos están dando la razón a los partidarios de esta idea.

Sin embargo, las recientes caídas están siendo utilizadas por otro numeroso grupo de personas como gran oportunidad de compra, y quizás última posibilidad para subirse en un tren en marcha. Muchos inversores ven la zona de los 10.000 dólares como excelente nivel para volver a comprar, ya que siguen defendiendo que, finalmente, logrará convertirse en un medio de pago aceptado.

Independientemente de lo que ocurra, es vital que los inversores entiendan los riesgos que suponen acometer inversiones de este tipo. Lo esencial sería profundizar sobre la naturaleza de estas nuevas monedas y valorar si es necesario incluirlas dentro de nuestra cartera de inversión, teniendo en cuenta la volatilidad a la que están expuestas.

La formación necesaria para tratar de sacar partida a estos nuevos productos financieros es más que necesaria si tenemos en cuenta que parecen vivir aislados de lo que ocurre en el resto del mundo. En los últimos meses y a pesar de los fuertes vaivenes del bitcoin, no ha sido capaz de contagiar al resto de mercados financieros ni en las subidas, ni en las bajadas.

Aunque el bitcoin es la moneda virtual más famosa, en la actualidad hay miles de criptomonedas que luchan por hacerse un hueco dentro de este novedoso mercado. De hecho, muchas compañías están lanzando sus propias monedas con el objetivo de no perder la oportunidad de estar presentes en un mercado donde la dificultad para los inversores radicará en determinar cuál de todas esas monedas tendrá poder de permanencia y en cuáles merece la pena invertir.

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