Podemos no concibe la existencia de medios de comunicación libres fuera del radar del poder político
El gobierno egipcio llevado con puño de hierro por el presidente y ex jefe del ejército Abdelfatah al Sisi acaba de ratificar una nueva ley de medios de comunicación que recrudece la feroz campaña de represión iniciada la tras el golpe de Estado de 2013.
Cuenta el corresponsal de El Mundo, Francisco Carrión, que el déspota egipcio ha creado un nuevo y rimbombante ente: el Consejo Supremo para la Administración de los Medios de Comunicación. Una suerte de Gran Hermano, presidido por un individuo elegido personalmente por Al Sisi dedicado a velar por «el orden», armonioso y justo, como en la época de las pirámides. —La nueva ley de medios de Egipto, un Gran Hermano para los periodistas—
Al igual que los antiguos sacerdotes egipcios, Al Sisi sabe que controlar el nombre de los cosas equivale a poseer el poder sobre ellas. A falta de clérigos con vocación inquisidora, el régimen de Al Sisi contará con un funcionario que podrá hacer listas negras de periodistas incómodos, multar y suspender el derecho de publicación o difusión y revocar los permisos a los medios extranjeros acreditados en El Cairo. Solo en 2015 el gobierno egipcio encarceló a 23 periodistas.
No hay que viajar a desiertos lejanos para encontrar países en los que ejercer el periodismo es un pasaporte seguro al infierno. Turquía y Egipto (sólo superados por China) son los campeones del bozal y la censura.
En España la mordaza mediática del faraón Al Sisi parece copiada punto por punto del catálogo IKEA de Podemos donde se proponía la creación de «un Consejo del Audiovisual, similar a los que existen en algunos países de nuestro entorno».
Podemos propuso en campaña una especie de CAC catalán pero a nivel estatal, a imagen y semejanza de la temible Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) chavista, la misma comisión que cerró la cadena privada Radio Caracas Televisión (RCTV) y decenas de radios opositoras al régimen chavista. —Pablo Iglesias propone un control de los medios de comunicación españoles al estilo bolivariano—
Ese tribunal mediático escondido bajo el higiénico nombre de ‘Consejo’ era la plasmación de lo que un sensato y moderado populista llamado Íñigo Errejón llegó a decir en La Tuerka cuando llamó a «asaltar el espacio mediático y quitárselo a los señores del dinero señalando a los periodistas que no dicen la verdad».–Así ‘avisaba’ en 2012 Iñigo Errejón de la creación de ‘Versión Original’—
La idea de la lista negra de periodistas la puso en práctica Rita Maestre en el Ayuntamiento de Madrid con la creación de la orwelliana web ‘Versión Original’, que sigue aún activa escrachando a los medios que no les bailan el agua.
Podemos no concibe la existencia de medios de comunicación libres fuera del radar del poder político. «La existencia de medios de comunicación privados ataca la libertad de expresión» y «hay que hacer desaparecer a los mercenarios de la comunicacion» son frases de Iglesias que podría haber firmado el mismo Stalin.
Y al periodista que no lo entienda, se le ridiculiza como hizo Iglesias con el corresponsal político de El Mundo, Álvaro Carvajal, acusándole de escribir noticias «que no tienen por qué ser verdad» para «prosperar» en su periódico. —Pablo Iglesias ataca a un periodista de EL MUNDO en una conferencia—
Cuando vio que los periodistas se levantaban indignados tuvo que pedir perdón. Si lo hubiera dicho Trump, lo hubieran fusilado en Twitter al amanecer pero como es el ‘macho alfa’ de Podemos se le perdona y ya está.
Ahora dan ruedas de prensa sentados en el suelo en plan asambleario, de buen rollito y rodeados de dóciles periodistas de cámara. Pero conviene no despistarse: llevan la mordaza tatuada en su ADN.