Los independentistas presumen de tener al presidente socialista 'cogido por los güevos'

El fanático Torra insulta de nuevo al Rey de España mientras el socialista Sánchez presume de «normalidad»

Pinchazo del independentismo: el Rey recibido con aplausos en Tarragona y ante el presidente de la Generalitat

El fanático Torra insulta de nuevo al Rey de España mientras el socialista Sánchez presume de "normalidad"
Torra y Sánchez RS

Las cosas como son. Los independentistas presumen de tener al presidente socialista ‘cogido por los güevos‘ y Pedro Sánchez, a quien lo único que preocupa es seguir metido en La Moncloa colocando amiguetes, hace como que no se entera.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, ha dejado en evidencia a Pedro Sánchez, que esta misma semana hablaba de “normalidad institucional” con el Gobierno catalán, al desafiar por enésima vez al Estado y agredir políticamente al Rey de España.

Mientras Sánchez señalaba este viernes a PP y C’s, durante su primera comparecencia pública en dos meses, como responsables de la crispación al representar proyectos a su juicio de división y, por contra, subrayaba la recuperación del diálogo en Cataluña; el independentismo le ha propinado un bofetón político al evidenciar con crudeza que sigue en la misma línea de confrontación.

“No lo hemos invitado”, ha dicho Torra en referencia a la previsible presencia de Felipe VI eeste 17 de agosto en los actos del aniversario de los atentados yihadistas en Cataluña de hace un año.  «Nosotros no lo hemos invitado ni asistiremos a ningún acto organizado por la monarquía, pero cualquier acto que se haga en el país el presidente de la Generalitat estará».

 

Además, el sustituyo de Puigdemont ha insistido, en declaraciones a los medios de comunicación tras un acto institucional en Barcelona, en sus afirmaciones de en las que aseguró que «los catalanes no tenemos rey», porque «todavía estamos exigiendo y esperando disculpas del rey por el discurso del 3 de octubre en el que dio cobertura a la violencia que se ejerció contra ciudadanos inocentes que ejercían su derecho a voto».

El tono bélico que Torra y el separatismo ponen a todas sus referencias al Rey no ha tenido respuesta por parte de Sánchez, que insiste en público en una supuesta mejoría de las relaciones que los hechos y las declaraciones de los líderes soberanistas desmienten prácticamente en tiempo real.

Tanto Pablo Casado como Albert Rivera, líderes de PP y Ciudadanos, han exigido en distintas ocasiones al Gobierno de Sánchez que defienda a la Jefatura del Estado y que deje de blanquear a Torra y al resto de dirigentes secesionistas. Y han pedido que se respete la presencia del Monarca en la fecha señalada.

Silencio de Moncloa

Hasta el momento, el Gobierno o ha hecho una defensa enérgica de don Felipe y, en ese sentido, el Rey parece estar solo frente al acaso independentista. Lo seguro es que el Gobierno no le ha defendido en público de la campaña de acoso del independentismo, saldada con un boicot institucional global desde las instituciones catalanas dominadas desde la distancia por Puigdemont.

Pero el abandono va más lejos y el propio Pedro Sánchez lo ha hizo explícito al negarse, por dos veces, a salir en defensa del Jefe del Estado, declarado incluso persona non grata en Gerona, donde también se le ha prohibido celebrar los prestigiosos premios Princesa de Girona en un espacio público del Ayuntamiento. Todo ello enmarcado en la decisión oficial de la Generalitat de romper relaciones con la Casa Real.

En una entrevista del pasado 24 de junio en  El País, el jefe del Ejecutivo ha rechazó hasta en dos ocasiones amparar a la Corona, pese a que en sendas preguntas la directora del rotativo, Soledad Gallego Díaz, y el periodista Carlos E. Cué le inquirieron al respecto de manera explícita.

El pasaje literal es el siguiente, reproducido en su integridad:

Pregunta. ¿Cómo va a reaccionar el Gobierno ante la decisión de la Generalitat de Cataluña de romper relaciones con la Casa del Rey?

Respuesta. Los tiempos en que el Gobierno agravaba los problemas con Cataluña acabaron. Tenemos que ir paso a paso, reconstruir la confianza, la lealtad quebrada durante estos años de conflicto entre la Generalitat y el Gobierno de España. Esa es la voluntad que yo voy a manifestar al presidente Torra cuando me reúna con él el próximo día 9 de julio. Hay muchísimas cosas que se pueden hacer. Desde el año 2011 no se reúne la comisión bilateral, que puede servir para reducir los conflictos en recursos al Tribunal Constitucional, agilizar cuestiones como las infraestructuras, las inversiones. Mi voluntad es normalizar las relaciones institucionales. En el medio plazo hay que abordar entre todas las fuerzas políticas una renovación del pacto constitucional.

P. Si la Generalitat sigue forzando la tensión con la Casa del Rey, ¿cómo va a reaccionar?

R. La Casa Real acertó cuando planteó que en todo lo que tiene que ver con la política es el Gobierno y el presidente quien tiene que marcar las líneas. Elpresident Torra sabe perfectamente que con quien tiene que dialogar para normalizar esas relaciones es con el presidente del Gobierno. Nosotros lo vamos a hacer. No se entendería que, por ejemplo, cuando se convoque el Consejo de Política Fiscal y Financiera, no esté la Generalitat.

Según sus propias respuestas, amparar a la Jefatura del Estado desde el Gobierno supondría «agravar» los problemas con Cataluña, hasta el punto de que envía antes un recado a la Corona que al independentismo, recordándole a Felipe VIque, en cuestiones políticas, es el presidente quien marca las líneas.

Se trata de una alusión velada al discurso más político que don Felipe ha firmado desde que relevó a su padre hace cuatro años, el del 3-O del año pasado, cuando salió a escena en una alocución televisada para frenar el desafío separatista y recordar la vigencia de la España constitucional unida.

La mano derecha de Puigdemont

Esa intervención, muy aplaudida por los ciudadanos, se considera aún una afrenta para la Cataluña soberanista, hasta el punto de que la mano derecha de Puigdemont, Elsa Artadi, la volvió a presentar hace apenas unos días como una agresión a Cataluña de un Rey merecedor de aislamiento a su juicio: «El Gobierno catalán no puede actuar con normalidad con una persona que ha justificado la violencia«, llegó a decir.

Ahora, Torra lo ha rematado en la fecha más sensible: coincidiendo con el cruel atentado en las calles de Barcelona y Cambrills.

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