El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿Sacauntos?

¿SACAUNTOS?

Dilecto Julio Llamazares:

Hoy, sábado, 8 de los corrientes, tras leer el artículo que usted ha titulado “Sacauntos” (sic, sin tilde) y ha aparecido publicado en la página 2 de EL PAÍS, he decidido trenzar las líneas que suman la carta abierta que, además de subir a mi bitácora, envío al citado periódico. A ver si, con suerte, por un cauce, al menos, le llega la misma. ¿El motivo? Ignoro la razón por la que usted no ha puesto el preceptivo acento ortográfico sobre la voz compuesta (mera variante de “sacamantecas”) que rotula su columna sabatina.

Puedo entender que, como el hombre (hembra o varón) es un animal de costumbres, si no ponemos (yo no le pongo) objeción a Will Durant (en una frase que muchos —incluido este menda— hemos atribuido erróneamente y en varios sitios a Aristóteles), quien adujo que los seres humanos “somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito”, itero, puedo entender que usted siga colocando la tilde (como así hacen, por cierto, varios académicos de la RAE) sobre el pronombre demostrativo “estos”, que aparece al final de su artículo. Pero la RAE recomienda no colocarlo. El Diccionario panhispánico de dudas dice, por ejemplo (compruébelo): “solo cuando en una oración exista riesgo de ambigüedad, porque el demostrativo pueda interpretarse en una u otra de las funciones antes señaladas, el demostrativo llevará obligatoriamente tilde en su uso pronominal. Así, en una oración como la del ejemplo siguiente, únicamente la presencia o ausencia de la tilde en el demostrativo permite interpretar correctamente el enunciado: ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración); ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso, y aquellos acompaña al sustantivo libros)”. La última edición de la “Ortografía de la lengua española” (2010) propone la eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y en los pronombres demostrativos, incluso en caso de posible ambigüedad.

Ahora bien, lo que no entiendo, insisto, es por qué no ha tildado usted “sacauntos”. Como lo propio ocurre con cortaúñas o pinchaúvas, el vocablo que usted usa y no aparece recogido en el DRAE, según mi opinión, debería llevar la preceptiva tilde.

Me gustaría conocer su parecer al respecto.

Aprovecha la ocasión para (man)darle saludos

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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