ES PERENTORIO UN PLAN QUE UN FLAN NO SEA
Imaginemos (quienes dispongamos todavía de alguna capacidad para imaginar) que el próximo domingo 14 de febrero, festividad de San Valentín, día de los enamorados (te amo en cuerpo y en alma, Iris; si no lo hiciera así, íntegramente, tendría que aceptar, sin rechistar, que, en el supuesto de que Dios exista, Este hubiera decidido condenarme eternamente al erebo, por no haber aprovechado la pintiparada ocasión que me brindó y puso a huevo —si fue el azar, iba disfrazado de Él— de ser inmensa e intensamente feliz), fecha de los comicios al Parlament de Catalunya, abiertas las urnas y escrutados los sufragios, el voto popular otorgado por los ciudadanos catalanes (ellas y ellos) a las formaciones secesionistas sobrepasa el 50% del total.
Sigamos imaginando (quienes tengamos las necesarias neuronas para continuar con dicho menester), por ejemplo, que lo que aseveró en campaña electoral Laura Borràs, la candidata de Junts (per Catalunya), que ella se encargaría de reactivar la DUI, declaración unilateral de independencia (que declaró el expresident huido Carles Puigdemont y luego dejó en suspenso a los pocos segundos, en un santiamén), si los partidos separatistas alcanzaban más de la mitad de los votos computados.
Teniendo en cuenta que, según resolvió el Tribunal Constitucional, la DUI fue un acto contrario a la ley, porque el Parlament se atribuyó competencias que no le correspondían, saltándose a la torera la legalidad vigente, los actores, esto es, las personas que se sumaran a reactivarla contravendrían, clara y clamorosamente, dicha resolución, ¿cree el Gobierno de España que la ciudadanía, la opinión pública y la publicada del país, entendería que los expedientes de indulto que actualmente está tramitando de los líderes del procés que fueron condenados y encarcelados y que gozan, provisionalmente, de un régimen de semilibertad, deberían paralizarse y aun caer en saco roto? ¿Se hubiera hecho digno de indulto quien contravino una norma, a sabiendas de que la pisoteaba u hollaba, y decidió incurrir, por su cuenta y riesgo, en el mismo delito cometido? Me consta que más de uno de ellos, a voz en cuello, ha gritado que volverá a hacer lo que hizo, a reincidir, así, por las bravas.
Confío, deseo y espero que el Ejecutivo de Pedro Sánchez haya preparado un plan (que no tiemble ni se tambalee, como un flan) para, en el caso de que las formaciones independentistas obtengan juntas más del 50% soñado de los escaños en el Parlament, hacer frente, en un pispás, a lo que Laura Borràs aireó que se encargaría personalmente de promover y sería su tarea más urgente, reactivar la DUI.
Nota bene
(Solo para el atento y desocupado lector, ella o él, que no haya entendido por qué en un artículo serio he incluido, sin la prescindible, como es obvio, ayuda de un calzador, una declaración de amor fetén, como si esta fuera motivo de coña, signifique, ora desazón, ora guasa.)
No fue Dios (me consta; aunque tampoco hay que descartar que fuera su directo inspirador), sino uno de los Siete Sabios de la Antigua Grecia, en concreto, Pítaco de Mitilene, quien dijo una de las siete sabias frases, esta: “Aprovecha la oportunidad” (y con más razón aún, cuando es oportuna, agregó quien goza un montón al ostentar la doble condición de ser, a la par, mi amigo del alma y heterónimo, Emilio González, “Metomentodo”).
Ángel Sáez García
