Breve etopeya de un tonto
BREVE ETOPEYA DE UN TONTO Hace dos meses largos, yendo de copiloto en un coche (como soy un lego en dicha materia —ni siquiera tengo carné de conducir—, siento no poder ofrecerle a usted, atento y desocupado lector —sea ella o él—, información más exacta y exhaustiva sobre la marca y el modelo del turismo), que conducía uno de