Hace casi un año de aquellas fechas.
El 24 de enero del 2019, Pedro Sánchez levantó el teléfono para hablar con Juan Guaidó, el día anterior el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela se había convertido en presidente interino de su país, así lo demandaba la Constitución de Venezuela.
Las imágenes del presidente socialista, caminando en la nieve, cogiendo el móvil y andando a paso firme fueron publicadas en todos los medios, estaba hablando con el político del momento.
En aquella llamada, el ahora socio de Pablo Iglesias le había manifestado a Guaidó «la empatía con su coraje», por el intento que hacía en «representar la voluntad de los venezolanos», según explicó a los periodistas presentes en Suiza, José Manuel Albares, secretario general de Asuntos Internacionales, que fue el encargado de hacer la llamada al parlamentario venezolano.
Ni siquiera un año ha pasado desde aquella llamada, pero ahora Sánchez cambia de parecer. En este 2020 prefiere no reunirse con el presidente de Venezuela reconocido por su Gobierno, no es conveniente para él, por lo menos mientras dependa de Pablo Iglesias que es íntimo amigo del régimen bolivariano.
Cuando Pedro Sánchez reconoció a Guaidó
A finales de enero de 2019 Estados Unidos y algunos países de América habían reconocido a Guaidó como presidente, le daban la espalda al dictador Nicolás Maduro y a sus elecciones fraudulentas de 2018.
Con esa presión sobre sus hombros, Sánchez decidió dar un plazo de 8 días al dictador de Venezuela para que convocara unas elecciones libres en Venezuela, pero como era de esperarse Maduro no respondió al llamado.
Finalmente, el Gobierno socialista, encabezado por Pedro Sánchez, reconoció a Juan Guaidó como «presidente encargado» y en rueda de prensa hizo un llamado para que se celebraran «elecciones libres y democráticas» en el país caribeño.
«No vamos a dar un paso atrás: España va a estar a la altura de lo que se espera de ella. Venezuela puede contar con España», dijo Sánchez en rueda de prensa el pasado 4 de febrero de 2019