Venezuela y Nicaragua vuelven a liderar los rankings negativos de América Latina. No por su falta de valores democráticos o de defensa de los Derechos Humanos, sino que también son los países más corruptos de América Latina. Así lo desvela el último informe de Transparencia Internacional (TI), donde se denuncia que la región ha sido incapaz de hacer progresos significativos.
Mientras que, a nivel mundial, los países con el mejor Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) son Dinamarca y Nueva Zelanda, un liderazgo del que presumen Uruguay y Chile en América Latina. En el otro extremo se encuentran Somalia, Sudán del Sur y Siria, mientras que Venezuela y Nicaragua son los peores de su región.
La coordinadora regional para las Américas de TI, Teresita Chávez, destacó como sintomático de la región el escándalo Odebrecht, «uno de los mayores a nivel global», que se extiende por diez países latinoamericanos donde la constructora brasileña entraba a través de «donaciones» a partidos en campaña.
Junto a Uruguay (puesto 21, 71 puntos) y Chile (puesto 26, 67 puntos), tan solo Costa Rica (56 puntos) aprueba entre los latinoamericanos. A continuación se encuentran Cuba (48), Argentina (45), Ecuador (38), Colombia (37), Panamá y Perú (36). Tras estos países se encuentran Brasil (35), El Salvador (34), Bolivia (31), México (29), República Dominicana y Paraguay (28), Guatemala y Honduras (26). Cierran la clasificación Venezuela (puesto 173, 16 puntos) y Nicaragua (puesto 161, 22 puntos).
Con respecto a España, el país ibérico gana cuatro puntos con respecto al informe anterior, hasta los 62, y asciende a la trigésima posición desde la 41. La mejora sin embargo no le sirve para alcanzar la media europea, situada en los 66 enteros.
