La Venezuela chavista será incluida en la lista de países que promueven el terrorismo a nivel mundial, lo que podrá autorizar una intervención militar

EEUU acusa al chavista Maduro de narcotráfico y ofrece una recompensa de 15 millones por su captura

El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, anunció este 26 de marzo de 2020 la presentación de cargos criminales por narcotráfico contra el presidente de Venezuela

EEUU acusa al chavista Maduro de narcotráfico y ofrece una recompensa de 15 millones por su captura
El chavista Nicolás Maduro con mascarilla para el coronavirus. PD

Negro se les está poniendo a los amigos chavistas de Podemos, a los que que daban fajos de dólares en maletines a Juan Carlos Monedero y ayudaron financieramente a Pablo Iglesias a montar su televisión.

Nicolás Maduro y Diosdado Cabello están a las puertas de rendir cuentas por sus vínculos con el crimen organizado.

El Departamento de Justicia acusó al dictador y al número dos de su régimen de convertir a Venezuela en un narcoestado que auspicia el terrorismo.

Como venía siendo un secreto a voces, el chavismo trabaja de la mano con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para exportar toneladas de cocaína a los Estados Unidos.

Los cargos judiciales, que van a ser dados a conocer por el Fiscal General William Barr, van acompañados por el anuncio de una recompensa de 15 millones de dólares por información que ayude a capturar a Maduro.

Sin embargo, no son los únicos en la mira de la justicia norteamericana.

Desde el  también Departamento de Justicia también se presentaron cargos por separado contra el Presidente del Tribunal Supremo de Justicia del régimen, Maikel Moreno, quien es acusado de aceptar sobornos en esquemas de corrupción vinculados con la estatal Petróleos de Venezuela.

Trabajando con el ex vicepresidente ejecutivo Tareck El Aissami, “Cabello organiza los envíos de droga que se trasladan desde Venezuela a través de la República Dominicana y luego a Europa”, declaró la OFAC al anunciar las sanciones.

La medida supone profundizar la presión de Washington para forzar la salida del poder del amigo, socio y financiero de Podemos Maduro, al que calificaba como gobernante «ilegítimo» y «dictador» y al que ahora considera también como líder de un cartel de drogas en colaboración con la narcoguerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El ministro de Industria de Venezuela, Tareck Zaidan El Aissami, también fue acusado este jueves de evadir las sanciones impuestas en febrero de 2017 al contratar empresas estadounidenses para reservar vuelos privados y de violar la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusa en concreto a Maduro, entre otros cargos, de haber recibido US$5 millones por parte de las FARC en 2006 cuando era canciller en el gobierno de Hugo Chávez.

Investigación de la DEA

La administración de Donald Trump lidera una coalición de casi 60 países que considera que Maduro usurpa la presidencia y que el opositor Juan Guaidó es el legítimo jefe de Estado de Venezuela.

Agentes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) llevan años recolectando testimonios de múltiples testigos y evidencias sobre el papel de Cabello en el cartel, cuyos integrantes primero brindaron protección a las operaciones en Venezuela de narcotraficantes colombianos pero que luego terminaron sacándolos del camino para quedarse ellos con el negocio en sociedad con la guerrilla de Colombia.

El entonces gobernante venezolano explicó a sus colaboradores que la incursión de su gobierno socialista en el narcotráfico era necesaria para debilitar a Estados Unidos, país que él consideraba enemigo del movimiento revolucionario que estaba adelantando, relatan documentos de la DEA a los que el Nuevo Herald tuvo acceso.

Además de Cabello y El Aissami, en la reunión se encontraban presentes el entonces jefe de inteligencia militar, Hugo Carvajal, el futuro ministro de Defensa Henry Rangel Silva y un juez chavista de alta jerarquía que luego terminó informando a la DEA, siendo identificado en los documentos como “Testigo 1”.

“Durante la reunión, Chávez instó al grupo, en sustancia y en parte, a promover sus objetivos políticos, incluido el combatir a Estados Unidos ‘inundando’ el país con cocaína”, dijo el Testigo-1, cuyo testimonio aparece en el documento obtenido en exclusividad.

“Chávez les ordenó a Carvajal, Cabello, Rangel Silva, y a otros que coordinaran con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), y Chávez asignó al Testigo-1, entre otros, a cerciorarse de que las autoridades del orden público no interfirieran con estas actividades”.

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