El expresidente del Grupo Prisa aporta nueva información sobre el polémico ‘Delcygate’.
Juan Luis Cebrián desveló que el encuentro entre José Luis Ábalos y Delcy Rodríguez no fue «fortuito como se quiso hacer creer». Al contrario, vincula el hecho a la «naturaleza oculta de las gestiones de Zapatero con Maduro».
El exdirector del diario ‘El País’ sostiene en su última columna de opinión que: «la pandemia ha sido en ciertos aspectos una bendición» para el Gobierno de Pedro Sánchez.
En concreto, se refiere a que sirvió de ‘cortina de humo’ para no tener que rendir cuentas por el ‘Delcygate’.
En el artículo ‘Sobre cómo afrontar la crisis constituyente’, el expresidente de Grupo Prisa asume como válida la tesis del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, que la semana pasada hizo referencia a la existencia de una «crisis constituyente”.
Para Cebrián, se trata de un hecho que «no sólo ocurre en nuestro país», debido al «desplazamiento de los centros de poder», así como al «agotamiento de las estructuras políticas y mediáticas que vertebran la toma de decisiones».
De este modo, el expresidente del grupo Prisa reflexiona sobre una crisis que «no es fruto del coronavirus sino del desprestigio de las instituciones y de quienes las encarnan». En este sentido, cuestiona las soluciones planteadas por los dos socios del Gobierno.
Sobre los socialistas, aseguran que carecen de proyecto propio; de Podemos, que «tiene en cualquier caso un proyecto para España que ya se ensayó en Venezuela y Bolivia».
Izquierda fragmentada
«Las fuerzas de izquierda, fragmentadas y unidas solo por antagonismo con la oposición, tienen ante sí una encrucijada histórica», sostiene Juan Luis Cebrián, que destaca «el pragmatismo» y la oportunidad histórica de la socialdemocracia europea tras la Segunda Guerra Mundial, que en España se tradujo en la «larga etapa de cambios y consolidación presidida por Felipe González».
Frente a esta visión, el presidente de Prisa observa una «debilidad» en el PSOE actual que achaca «sobre todo al descalabro interno del partido que comenzó con la obsesión de Rodríguez Zapatero por eliminar cualquier vestigio del llamado felipismo», más allá de «su penuria de escaños» o su «irregular pacto con Podemos y los independentistas».
Cebrián afirma a continuación que «la pandemia ha sido en ciertos aspectos una bendición para Sánchez, que ha evitado tener que explicar entre otras cosas el amigable encuentro del ministro Ábalos con la vicepresidenta venezolana, programado y no fortuito como se quiso hacer creer».
«Hay quien piensa que el Gobierno es rehén de Venezuela debido a la presencia de Podemos, pero la mayor amenaza que puede esgrimir Caracas es desvelar la naturaleza oculta de las gestiones de Zapatero con Maduro o el origen de los millones de dólares depositados en Suiza por su antiguo embajador».