Alex Saab ha recurrido a una segunda carta, parece que la estrategia de sus abogados es intentar hacer creer a la opinión pública que el acusado por ser el testaferro de Nicolás Maduro es una buena persona que la está pasando muy mal.
Este 02 de septiembre de 2020 el empresario multimillonario ha compartido una carta, denunciando que es víctima de torturas que pretenden hacerlo flaquear para que firme su extradición a Estados Unidos.
«Estados Unidos tiene a cuatro empleados nativos de Cabo Verde, que constantemente entran en su celda por la noche con capuchas y le muelen a golpes. El propósito de estos delincuentes es que firme la extradición voluntaria a EEUU y haga declaraciones falsas contra el presidente Maduro y su familia».
No obstante, informa que «ni con sangre va a firmar esas mentiras y calumnias contra un presidente que lucha por salvar a su pueblo en medio de un bloqueo inhumano», según ha publicado el diario El Mundo.
El colombiano ha informado, como parte de su estrategia para evitar ser enviado a territorio norteamericano, que es agente de la dictadura venezolana y lo ha recalcado nuevamente: «Soy diplomático desde abril de 2018 como enviado especial de Venezuela para Rusia e Irán con inviolabilidad e inmunidad diplomáticas y exijo mi liberación inmediata».
«Iba a Irán en visita oficial en busca de alimentos, medicinas y gasolina para aliviar una crisis empeorada por el Imperio… La gasolina llegó a Venezuela, como anunciaron todos los medios, despertando aún más el odio de EEUU», enfatiza el hombre de origen libanés que paradójicamente se ha enriquecido con los Claps.
Saab está siendo acusado del blanqueo de 350 millones de dólares procedentes de actos de corrupción que atribuye al dictador venezolano a través del sistema financiero americano, por lo que fue detenido el pasado 12 de junio cuando su avión hizo escala para repostar en el aeropuerto internacional de Amilcar Cabral de la isla de Sal, la más importante de Cabo Verde.
Es una pieza clave para que la justicia estadounidense obtenga información respecto de la corrupción de Maduro, así como de la utilización del sistema financiero internacional para resguardar su fortuna. Por ello el régimen venezolano no escatimado en esfuerzos para evitar que el empresario colombiano sea enviado al país norteamericano.
Alex Saab apareció por primera vez a la luz pública en 2017, cuando la ex fiscal venezolana Luisa Ortega le acusó de ser uno de los testaferros de Maduro. Le relacionó entonces con un entramado empresarial que gira en torno a Group Grand Limited y le acusó de suministrar con sobreprecios al régimen de Maduro alimentos y víveres para los gubernamentales Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
Según EEUU, Saab y tres hijastros de Maduro se apropiaron de «cientos de millones de dólares» destinados a las clases más necesitadas del país. El Gobierno de Trump sostiene que tiene jurisdicción en el caso ya que, según sostiene, entre 2011 y 2015, Saab y su mano derecha, Álvaro Enrique Pulido, realizaron transferencias millonarias desde cuentas bancarias de Venezuela a Estados Unidos.
