El cuerpo de Julio Valdivia fue hallado sobre unas vías del tren, fue asesinado y decapitado, dejaron su motocicleta cerca del lugar, en la localidad de Motzorongo, Veracruz.
Se trata de un periodista de El Mundo de Córdoba. Valdivia cubría una zona rural afectada desde hace tiempo por la violencia de grupos delictivos cerca de la frontera con el estado de Oaxaca, es por lo menos el sexto periodista asesinado en México en lo que va del año.
El cadáver fue acomodado de tal forma que parecía que había sufrido un atropello, pero las primeras investigaciones de la fiscalía estatal descartaron esa posibilidad. Valdivia fue asesinado y su cadáver colocado para simular un accidente.
Según publica el portal Animal Político en base a entrevistas a compañeros de Valdivia en Veracruz, sí había sufrido amenazas. «Él me comentó que en un par de ocasiones lo levantaron para darle una ‘espantada’ por todo lo que publicaba, que era el tema policiaco», afirma un reportero que conocía a la víctima, «pero siguió reporteando porque era un apasionado».
Los grupos narcos están atentos a cualquier tipo de información que se publique mientras que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no ha podido con este flagelo.
«Las amenazas son diarias. Cualquier nota sobre una balacera, un enfrentamiento, o un ejecutado, es susceptible de que a un grupo no le guste, y te amenace porque piensa que ya estás apoyando al rival, y así. Es algo muy complicado de sortear», afirma el reportero.
Más de 140 periodistas han sido asesinados en México en los últimos 20 años.
Según Reporteros Sin Fronteras, México es el peor país del mundo para ejercer la profesión. En lo que va de año han asesinado a cinco periodistas, más que en Irak (4), Paquistán (3) y Siria y Somalia (2). Los estados de Guerrero y Veracruz son los más peligrosos. El pasado 2 de agosto fue asesinado Pablo Morrugares en Iguala, Guerrero, junto a su escolta. Era director del portal «PM Noticias», había sido amenazado y contaba con protección.
