EEUU ya advirtió que rechaza las votaciones y que podrá sancionar a quienes intenten blanquearlas

Sánchez y Borrell pactan con Maduro el envío de una «comisión privada» que legitime el fraude electoral chavista

El dictador venezolano solicita un pequeño grupo de observadores internacionales, liderado por España, que den su visto bueno a las votaciones fraudulentas

Sánchez y Borrell pactan con Maduro el envío de una "comisión privada" que legitime el fraude electoral chavista
Nicolás Maduro junto a Josep Borrell y Pedro Sánchez PD

Bruselas y EEUU observan con preocupación como avanzan los ‘planes españoles’ para legitimar el fraude electoral que está organizando Nicolás Maduro.

Como adelantó Periodista Digital, el Gobierno de Pedro Sánchez y el alto representante para la política exterior europea, Josep Borrell, están trabajando conjuntamente para dar validez a las elecciones convocadas por la dictadura de Venezuela.

El objetivo sería aceptar las elecciones, a sabiendas de que el resultado será favorable al régimen y que supondrá la salida de Juan Guaidó de la Asamblea Nacional, con la excusa de que las votaciones tenían “un pequeño espacio democrático”.

La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González, ya mostró señales en ese sentido al indicar ante los medios de comunicación que “si hay espacio, por pequeño que sea, para que se celebren elecciones con condiciones democráticas España lo apoyará”.

Unas palabras que recuerdan las polémicas declaraciones de Henrique Capriles Radonski, quien, siguiendo la peligrosa línea marcada por José Luis Rodríguez Zapatero, llamó a participar en el fraude electoral.

“Este no es un régimen democrático, pero si deja una rendijita tenemos que meter la mano, para luego meter el pie”, afirmó.

Un plan que generó una gran tensión entre Estados Unidos y la Unión Europea contra el Gobierno de España.

Las presiones internacional obligaron a Josep Borrell a rectificar públicamente y exigir grandes cambios en las votaciones de Venezuela. Sin embargo, los ‘planes españoles’ se han reconducido bajo la guía de Nicolás Maduro.

Una “comisión privada”

Nicolás Maduro es consciente de que la mayoría de la Unión Europea rechaza tanto las elecciones como su régimen dictatorial. Por eso, se centra en su principal aliado dentro de la región: el Gobierno del PSOE-Podemos.

El dictador venezolano está pactando con el Gobierno de Pedro Sánchez el envío de una “comisión privada” de la UE (liderada por España), que legitimarán el resultado una vez realizado el fraude electoral de diciembre.

Maduro ya dejó entrever el plan instando a la Unión Europea a enviar a Venezuela una comisión que observe “en privado” las próximas elecciones parlamentarias.

“Si no pueden mandar una súper comisión a las elecciones de Venezuela, manden una comisión en privado”, manifestó el dictador venezolano.

Justamente, esa “comisión privada” bastaría para contar con un respaldo internacional de su fraude, más allá de sus imparciales aliados de Cuba, Rusia, Argentina, México e Irán.

“Si quieren ver la verdad, manden una comisión en privado, nosotros los vamos a atender muy bien y ustedes podrán ver la campaña electoral, las elecciones, podrán ver la verdad de Venezuela”, lanzó el señuelo Maduro ya negociado con el PSOE y Podemos.

Aunque Maduro se ha referido constantemente a una “comisión”, por el contexto y el resto de comentarios, se entiende que habla de una misión de observación electoral, ya que fue esta solicitud la que rechazó el bloque comunitario.

En este sentido, el objetivo es tener un ‘plan B’ al que aferrarse para hacerse con el control de la última institución democrática del país: la Asamblea Nacional de Venezuela.

Presiones desde Bruselas

Consultado por las filtraciones de Bruselas a Periodista Digital, el eurodiputado Leopoldo López Gil admite que “existe una preocupación por el rumbo que están tomando el alto representante para la política exterior europea, Josep Borrell, y Pedro Sánchez ante la situación en Venezuela”.

Para el eurodiputado, “las elecciones en Venezuela deben ser claras: se tienen o no todas las garantías de transparencia y democracia. Los puntos intermedios son muy peligrosos y nadie los aceptaría en sus propios países, ni en Europa ni en España”.

Incluso, López Gil envió una carta a Borrell para mostrar sus principales preocupaciones con respecto a las elecciones de Venezuela.

Un posicionamiento que también reflejó en sus redes sociales el eurodiputado Antonio López-Istúriz White: “No entendemos a qué se refiere la Ministra Arancha González cuando abre la puerta a respaldar las elecciones en Venezuela. Las elecciones o son democráticas o no lo son. Punto”.

SOS a Europa

Consciente del peligroso plan de Sánchez y Borrell, Juan Guaidó solicitó en las últimas horas que la UE no reconozca las elecciones parlamentarias.

Al contrario, pidió unir sus esfuerzos para exigir a la dictadura un calendario para la celebración de una elección presidencial que repare el fraude de 2018 con la designación de un “árbitro creíble” y aislado del régimen para controlar el proceso.

Para Guaidó el gran rol de Europa debe ser “fijar en este proceso cuáles son los mínimos para convertirlo en una solución y no permitir que la dictadura lo utilice en beneficio propio”.

Un plan que, evidentemente, no contará con el respaldo de Podemos, el ‘socio estrella’ del PSOE y gran lacayo del régimen de Nicolás Maduro.

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Autor

José Antonio Puglisi

Periodista italovenezolano especializado en economía y periodismo de investigación.

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