Sin piedad.
Miembros del Cártel de Sinaloa no han tenido el menor miramiento a la hora de matar a balazos a un profesor de secundaria en el estado de Carolina del Norte, en Estados Unidos.
Barney Dale Harris, que así se llamaba el desafortunado docente, llevaba tiempo tras la pista del grupo de narcotraficantes mexicanos.
Junto con su cuñado, Steven Alexander Stewart, irrumpieron en una casa rodante en la localidad de Green Level con la finalidad de robar la mercancía y el dinero que tenía el cártel en efectivo.
En ese momento fueron sorprendidos por un joven narcotraficante, Alonso Beltrán Lara.
Se produjo un tiroteo que alertó a otros miembros de la banda y estos consiguieron herir de muerte al profesor originario de Carolina del Norte.
La Policía del condado de Alamance acudió al lugar del tiroteo, pero lo único que encontraron fue el cuerpo sin vida de Harris, que vestía un chaleco antibalas, y equipamiento especial para redadas.
También hallaron al narcotraficante que había sorprendido al profesor y a su cuñado atado y amordazado con dos heridas de bala en la nuca.
El alguacil de la localidad definió lo sucedido allí como si hubiese sido una escena de las películas del Oeste:
Fue casi como un tiroteo del Viejo Oeste.
Y lo cierto es que los investigadores se encontraron una treintena casquillos de bala dentro y fuera del remolque.
Asimismo, los impactos del tiroteo fueron perfectaemente visibles en tres casas cercanas.
Durante su investigación, los oficiales se incautaron de 1,2 kilogramos de cocaína, cinco armas de fuego y aproximadamente 7.000 dólares en efectivo.
Por su parte, el cuñado de Harris fue arrestado y acusado de robo a mano armada y asesinato en primer grado.
La Policía cree que la pareja había rastreado a los miembros del cártel usando dispositivos electrónicos, recogen medios locales.
El asesinato de Harris, considerado un respetable profesor de español y entrenador deportivo, ha conmocionado a la comunidad y a la institución en la que enseñaba.
Por su parte, los investigadores también mostraron su preocupación por las represalias que podría sufrir la familia del maestro, ya que «los cárteles mexicanos no olvidan».
