Artículo de opinión

Opinión: Sino cambiamos, Venezuela no cambia

Venezolanos
Venezolanos PD

“Si quieres derrotar la corrupción debes estar listo para enviar a la cárcel a tus amigos y familiares”

Lee Kuan Yew 

Padre del desarrollo de Singapur

Muchos hemos creído a lo largo de los años, que nuestro problema más grave es el chavismo, o la llegada de unos “atorrantes”, que como las hordas de Atila por donde caminan no crece la hierba. El tema ideológico tampoco es la causa.

Ambos factores lógicamente han incidido en la interrupción de una Venezuela que nunca ha existido y todos añoramos hacerla realidad.

Para 1998, nosotros sufrimos una crisis terrible de institucionalidad, de credibilidad en los poderes y figuras públicas. Hoy mucho mayor, con la ventaja en estos años “pre-chavistas”, de fondos suficientes para equivocarnos y no padecer tanto como en el presente. El error a mi juicio estuvo en 1958 cuando terminó el periodo de Pérez Jiménez.  La clase política venezolana ha involucionado y desde esa fecha, una de las maneras más buscadas para hacer fortuna, “hacerse rico” pues, es pertenecer a un partido político y ejercer como “dirigente” “líder”, figura pública, gobernantes, etcétera.

Incluyamos también allí a una gruesa cantidad de falsos empresarios, comerciantes, disfrazados dentro del sector productivo, cuando en realidad sus fortunas crecieron gracias a “préstamos” de bancos cuyas directivas atendían sus requerimientos. Las abultadas nóminas eran albergadas por ellos y así disponían de un  capital permanente para sus “negocios”.  También gracias a “relaciones” y la famosa repartición de contratos.

Aclarando que Venezuela no es una isla. Este fenómeno sucede en muchísimas partes, con rangos diferentes en cuanto a calidad y permanencia. 

El problema se presentó y profundizó cuando los identificados como “políticos”, quisieron ser empresarios y ganar tanto como ellos, con el agregado de incluir a sus familias. El famoso “10%” no cubre las ganancias

Otro elemento era la discreción, la prudencia. Nadie es perfecto y todos hemos cometido nuestros “pecadillos”, no obstante, los políticos en la era anterior a la revolución “bonita” se preocupaban de las apariencias.

Hoy en día eso desapareció y vemos como políticos chavistas y opositores hacen gala, exposición vulgar de sus bienes y privilegios.

El político: Ministro, diputado, funcionario, gobernador, alcalde, entre otros, negocia con los contratistas de su entorno. Las reglas son variables. El asunto se ha complicado porque entonces los hijos vienen en lo mismo y también forman sus camarillas. Las esposas, amantes o novias hacen lo mismo y crean también su círculo. Esta moda de “love corruption” la inició con mayor auge, Lusinchi y la famosa Blanca Ibañez. 

CAP señalaba que a las mujeres se les regalan “joyas, dinero” pero no poder. Sus pupilos no lo siguieron y muchos de ellos han hecho de sus mujeres y familias no solo “millonarias”, sino también “Alcaldesas” “gobernadoras” o aspirantes y pare usted de contar.

Estoy hablando claro

El chavismo llegó para exterminar todo eso y parece que el fuego en lugar de extinguir con agua, lo rociaron con más gasolina y han nacido círculos de “hijos y primeras damas”. El llamado gobierno “interino”, para mí “internato”, es la otra cara de la misma moneda y sus medios de comunicación (comprados y mantenidos) censuran tanto como los del régimen e impiden cualquier crítica. Por eso me río mucho cuando un determinado personaje de equis (x) medio habla de censura. Al menos otros lo ocultan con líneas editoriales. 

Hay excepciones.  

El portal donde usted me lee no censura.  Aplica correctivos de redacción y de estilo y eso es válido.Presente

El venezolano está absoluta y totalmente desconectado del sector político. Ya no es un problema de ruido en la comunicación, sino de códigos. El político habla su propio idioma.  No soy “antipolítico”. Todo lo contrario mi lucha es porque regrese la genuina política, una que permita construir un conjunto de condiciones materiales y espirituales para que el venezolano se desarrolle.

Necesitamos ese político y no un falso remedo de líder. 

Nuestro problema dijo alguna vez Calderon Berti, a quién no apoyo para Presidente por si acaso, no es estructural. Venezuela puede recuperar lo destruido. El asunto es mental, de valores, de principios. De modelaje para lo bueno y no para lo malo.La población debe rechazar el populismo barato de los líderes: bolsas de comida, medicinas, mercados dizque más económicos, regalo de becas y no de una política educativa donde el buen estudiante que no puede pagar, tenga la posibilidad de acceder (principio de subsidiariedad). Si nosotros, cada uno quiero ser específico, no cambia, Venezuela no cambiará.

Así que encontrar la solución está más allá de salir del chavismo, que debemos hacerlo. 

Se trata de no regresar, de no cambiar solo de color y de rostro. 

En 1998 dijeron que el problema era CAP. Salieron de él y llegó el destructor.

¿Saldremos ahora de Nicolás? Para qué… el venezolano de a pie, no ve diferencia fundamental entre la corrupción roja y la azul, blanca, amarilla o naranja. Unos más dañinos que otros pues tienen más años de gobierno. Otros que no han llegado a gobernar de hecho y ya aparecen involucrados en escándalos de corrupción.

Pensemos eso y actuemos en coherencia. 

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído