Artículo de opinión

Opinión: Del Gobierno que tenemos a la oposición que necesitamos

Nicolás Maduro y Juan Guaidó
Nicolás Maduro y Juan Guaidó PD

Los venezolanos vivimos un drama desde hace unos 23 años.

Los que votaron por Chávez, lo hacían por un cambio. Él encarnó la figura del “militar necesario”, esperado por una gran mayoría que había olvidado lo que fue una “dictadura” y añoraba un nuevo Pérez Jiménez, para poner orden y hacer crecer económicamente a la nación.

Jamás imaginaron ni hubieran consentido su cercanía al comunismo, al socialismo, que en diversos programas de televisión negó tener. Quizá no mintió ya que no los tenía en su momento.

Fidel Castro, fue uno de los líderes continentales con mejor vista y olfato político.

Desde la fracasada invasión en “Chrumucuto”, intentó penetrar a Venezuela.

Líderes como Romulo Bethancourt lo impidieron al igual que unas Fuerzas Armadas, auténticamente patriotas.

Fidel encomendó la tarea a sus dos mejores agentes: Rodriguez Araque y German Ferrer. El primero fallecido y el segundo hoy en el exilio, esposo de Luisa Ortega.

Ellos fueron los celestinos. Cumplieron su papel y el noviazgo que terminó en el matrimonio Chávez-Fidel se consolidó.

Sin Rusia la falsa revolución cubana se venía abajo. Chávez era su salvación.

Gracias a la magia del cine, de la farándula, Fidel siempre estuvo allí. Era un mal necesario para Hugo.

Una relación muy simbiótica. Chávez ofreció el mantenimiento y Fidel la pericia para mantenerse en el poder, superando todos los obstáculos.

Por un tiempo, ambos  ganaron.

Recordemos que figuras como El Che Guevara fueron rápidamente captadas por el mundo empresarial para sacarle provecho económico. Su imagen simbolizaba “justicia”, “inocencia”, “honor”, nada de lo que realmente fue.

Resulta inoficioso abundar sobre cómo el capitalismo le sacó provecho a la dizque “revolución cubana”.

Hollywood se nutrió de ese sueño.

Chávez como “buen charlatán”, sabía que su valor estaba allí. Llenar ese vacío. Esa ausencia.

Pueblos como el venezolano, sin audiencia de los líderes políticos, igual que los ejércitos, caminan sobre sus estómagos.

Venezuela tenía más de 20 mil millones de reservas. Petróleo, minerales…el dinero no era el problema. Su administración sí.

El liderazgo de Chávez como sucede en América Latina, contrasta con el concepto actual del término.

El pueblo, pasaba hambre por él, sufría gracias a él…eso sí los primeros años votaron por él.

Las masas como tales, pierden la memoria. Son más emoción que razón, Observen Brasil: Lula uno de los presidentes más corruptos, todo indica que volverá a ganar.

En los primeros años de ejercicio del chavismo, había dinero como ocultar la ineficiencia, el despilfarro, la corrupción.

La historia está allí.

Fue el comienzo. El presente es la continuación de una visión errada y resentida del país.

Los comunistas llegan al poder auspiciando el odio contra el “status” militar y luego cuando se hacen de él, lo banalizan. Cualquier pendejo llega a General, a diputado, a Gobernador o Alcalde. La lealtad se confunde con el servilismo.

La oposición

La autodenominada oposición, es obligatorio evaluarla.

Lo que ha hecho y fundamentalmente lo que no ha hecho ha sido lo más sobresaliente acerca de ella.

El chavismo aprendió a jugar y lo hace con sobrado dominio.

Uno puede criticar las motivaciones, las acciones. Dentro de su causa, ellos han jugado como deben para sostener esto que denominan “gobierno”, durante más de veinte años.

La oposición por error, omisión, negligencia o acción, es la principal responsable de que estemos a punto de llegar a 24 años de “revolución” en Venezuela.

Siguen creyendo en la estupidez de Nicolás, de Diosdado o de Tarek… No ven lo más importante: El conocimiento profundo del sentir venezolano. Igual que Machiavello conocía al ser humano, los nuevos “príncipes”, son muy buenos en hacer lo malo y muy malos en hacer lo bueno.

¿Quiénes son los culpables de estos casi 24 años de régimen?

Sin lugar a dudas, unas Fuerzas Armadas que nunca tuvieron vocación democrática y una clase política floja, cómoda, dedicada a sus propios intereses.

No hay más responsables.

Yo no puedo criticar al malo por ser diablo. Pues ese es su objetivo. Su razón de ser.

“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos.”

Martin Luther King

¿Cuál es el camino?

Simple. Restablecer los fundamentos de la clase militar. Reorientar sus objetivos, hasta hacer una profilaxis institucional porque no…Que ejerza su labor de policía constitucional.

Segundo, recomponer la oposición. Revestirla de madurez. De coherencia. Disminuir las contradicciones y construir la unidad.

Con tantos años de existencia, nuestros partidos carecen de madurez. De seriedad.

Si esto no sucede, el 2024 repetirá lo sucedido en el 2018.

La oposición debe darle validez a su fundamento. No pueden seguir jugando a ser un gobierno inexistente, de “internet” o de “redes”. Insistir en ese papel, desdobla innecesariamente su existencia.

O se es oposición completa o no se es.

Una Asamblea 2015, con diputados vía web, aprobando lo que nadie cumple ni se materializa, es más que un error, una estupidez.

Un Presidente, que tácitamente renuncia al lanzarse de candidato en un país donde el presidente que ejerce, que aplica el poder es otro, constituye una tautología política: “Yo soy pero no soy, no tengo el poder” entonces ¿Eres o no eres?

La verdad verdadera: El propio Madurismo se hace oposición

El espectro de acción del madurismo-chavismo ha sido tan amplio que han usurpado hasta el papel del G4 y de toda la oposición.

Hoy día el mayor opositor a Nicolás y su gobierno es Rafael Ramírez, un chavista de “uña en el rabo”. Sus golpes y acciones han sido certeras, a pesar de no tener moral para ello, a riesgo de sus propias fuentes de finanzas, ha desplegado toda una superestructura para ello. Ha comprado medios tras bastidores y alimenta figuras cercanas a Nicolás y se ha aliado con otras que aspiran también el puesto de Nicolás.

Con toda certeza hay “futurólogos” que aseguran la caída del actual sistema por acción de actores del propio círculo rojo.

La alta migración venezolana obedece precisamente por eso: Carencia de claridad política de una oposición indefinida y de un chavismo preciso en lo que debe hacer y está haciendo.

Si así se han mantenido 23 años, ¿Por qué cambiar?

Si la oposición haciendo lo que hace no ha podido ¿Seguirá repitiendo la misma receta?

Es obvia la respuesta.

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