Los perros y los gatos tienen una especial agudeza de sentidos para prevenir los desastres y huyen con rapidez del lugar donde se encuentran, si aquellos están próximos a ocurrir. Esto les permite salvar sus vidas, que para ellos es lo único importante.
En Venezuela, hay personas vinculadas al régimen que están viendo a sus mascotas nerviosas y se están contagiando. Temen que la debacle se aproxima y comienzan a mirar de un lado a otro a ver qué, cuándo y a dónde podrán huir para salvarse ellos también. Les comento a continuación cómo lo están viviendo y algunas de sus reflexiones e interrogantes.
El qué, es muy importante, son las riquezas producto de los negocios mal habidos, de la corrupción, del chantaje, del latrocinio a que han sometido a la nación venezolana, que en algunos casos han convertido en obras de arte, yates, aeronaves, muebles costosisímos y cuentas bancarias multimillonarias.
Encontrarles destino y lugar seguro a estos haberes forma parte de sus angustias, pero a medida que el desastre se aproxima, el valor de aquellos bienes y objetos comienza a ser igualmente menor. Mal venderlos y colocar los activos en el exterior no ofrece muchas garantías. Las benditas sanciones que pesan sobre sus cabezas diluyen esta posibilidad. Tal vez las llamadas “caletas”, los lugares recónditos en la selva donde los narcotraficantes guardan sus activos podría ser una posibilidad, pero, quién llega hasta esos sitios tan inhóspitos? Hay tantos mosquitos, zancudos y bichos!
Esa angustia se confunde con otra que los asalta casi simultáneamente: Cuándo? Es decir, cuando salto del barco que se hunde irremediablemente. Lo hago ahora, con tiempo suficiente para salvar lo más importante, la vida y la de la familia, antes de que se forme la san pablera? O espero a ver si hay alguna posibilidad de salvación? Lo comento con algún colega revolucionario en situación parecida? Pero surge la duda: “Y si me vende? Y si se lo dice al Jefe? Son capaces de utilizarme como moneda de cambio”. Es terrible estar en esa incertidumbre.
Y finalmente se preguntan: Hacia dónde? “Cuáles son los países que forman parte del Estatuto de Roma? Allí me podrán capturar y enviar directamente a La Haya . Y si huyo a algún país de los nuestros? A la Colombia de Petro, por ejemplo. Cuánto me costará eso? Me respetarán la Farc y el ELN que ahora allí gobiernan? Cuánto me exigirán por dar protección a mi y a los míos? Será mejor pensar en Cuba? Todos los nuestros que han ido allí terminan en un cajón de madera, empezando por Chávez. Su avanzada medicina parece estar mas cerca de la eutanasia que de la cura. Claro siempre nos quedará La Habana con sus nostalgias revolucionarias, el malecón, la imagen del “Che”. Y si se muere Raúl? Qué hago?
Lo tengo. La solución está en Rusia o en los países árabes. El idioma es lo de menos. Aquí hace 500 años nos entendíamos por señas, y con plata en el bolsillo todo se entiende mejor. Claro, una cosa es pensarlo y otra es irte en silencio y tan lejos con tu familia, no se sabe por cuanto tiempo. Y las cuentas? Alcanzará para todos? Y si mandamos a los muchachos para otro lado? Los tratarán bien?
Creo que la decisión habrá que tomarla pronto, porque cada día que pasa es peor la sensación de peligro en la que estamos, todo por unas tales víctimas y que de crímenes de lesa humanidad. Si de eso ya casi ni nos acordamos. Cada tarde noche que pasamos en el bodegón todo se nos olvida. Pero luego vienen esos fantasmas que nos persiguen. Y lo peor es que si esperamos a que llegue el desastre, entre nosotros mismos va a comenzar la traición y la “vendetta”. Que si tu te cogiste tanto, que si el Fiscal de USA te prefiere a ti y no a mi, que si ese color naranja de las bragas de La Haya no me sienta bien! Bueno, no se si fue un sueño o todo es consecuencia del cambio climático”
William Cárdenas Rubio