La petición de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia a las fuerzas militares y policiales de Venezuela marca un momento decisivo para el futuro del país.
Este llamado no es solo un clamor de auxilio, sino una exigencia moral y constitucional para aquellos encargados de proteger a la nación y su gente. La narrativa oficial que presenta a Nicolás Maduro como el legítimo ganador de las elecciones del 28 de julio es cuestionada no solo por la oposición interna, sino también por gran parte de la comunidad internacional, incluidos Estados Unidos y Argentina.
Es hora de que las fuerzas armadas y policiales decidan en qué lado de la historia quieren estar.
Un golpe de Estado en proceso
Machado y González Urrutia han denunciado lo que consideran un «golpe de Estado» en curso. Según ellos, Maduro no solo ha manipulado los resultados electorales, sino que también ha lanzado una ofensiva brutal contra los opositores y la ciudadanía común. Las acusaciones de fraude electoral por parte de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y la posterior represión de las protestas pintan un panorama sombrío para la democracia en Venezuela. ¿Podemos seguir ignorando estos hechos?
La conciencia de los militares y policías
El llamado a la conciencia de militares y policías es un intento desesperado de movilizar a aquellos que aún creen en el deber constitucional. Machado y González Urrutia apelan a los vínculos familiares y a la humanidad de estos efectivos, instándolos a detener la represión y a respetar los resultados electorales. En un país donde la fuerza militar ha sido históricamente una herramienta de poder, este llamado busca separar a la institución de las manos de la corrupción y la tiranía.
La Violación de los Derechos Humanos
La denuncia de violaciones masivas de derechos humanos por parte del régimen de Maduro no es nueva, pero cada vez es más difícil de ignorar. La combinación de escuadrones militares y policiales con grupos armados fuera de la ley que golpean, torturan y asesinan a ciudadanos crea un ambiente de terror. Esta represión sistemática no solo desafía la moralidad básica, sino que también viola todas las normas del orden constitucional que los militares juraron proteger.
El Compromiso con la Soberanía Popular
La oposición insiste en que el verdadero vencedor de las elecciones es González Urrutia, una afirmación respaldada por los datos publicados por la PUD, que muestran que ganó por un amplio margen. A pesar de esto, el ente electoral se niega a publicar las actas que certificarían la victoria de Maduro, un acto que solo alimenta la desconfianza y la indignación. Las protestas, que ya han dejado un saldo trágico de al menos 13 muertos y más de 2.000 detenidos, reflejan la desesperación de un pueblo que lucha por su voz y su voto.
El Futuro de Venezuela
En este crucial momento histórico, las fuerzas militares y policiales tienen la oportunidad de redefinir su papel en la sociedad venezolana. Pueden optar por ser cómplices de un régimen que oprime y manipula, o pueden alzarse como defensores de la verdad, la justicia y la democracia. El nuevo gobierno, si se respeta la voluntad popular, promete garantías para aquellos que cumplan con su deber constitucional. No habrá impunidad, pero sí un compromiso con cada venezolano que busca un futuro libre y justo.
La hora de la verdad ha llegado. Es el momento de que los militares y policías venezolanos demuestren su lealtad no a un líder autocrático, sino a la constitución y al pueblo de Venezuela. El mundo está observando y la historia juzgará sus acciones.