Un breve pero convulso mandato presidencial

¿Por qué vuelve hoy Ecuador a las urnas tras apenas 15 meses de presidencia de Noboa?

Entre la mano dura y el fantasma del correísmo, los ecuatorianos deciden su futuro

El presidente de Ecuador Daniel Noboa y la candidata correísta, Luisa González.
El presidente de Ecuador Daniel Noboa y la candidata correísta, Luisa González.. PD

Este domingo 9 de febrero, más de 13,7 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas para elegir presidente y renovar la Asamblea Nacional en unas elecciones que llegan tras apenas 15 meses del gobierno de Daniel Noboa.

El joven mandatario de 37 años, que asumió el cargo en noviembre de 2023 para completar el periodo del dimitido Guillermo Lasso, busca ahora un mandato completo en medio de una compleja situación económica y de seguridad.

Cuando Noboa llegó al poder, Ecuador atravesaba una de las peores crisis de seguridad de su historia reciente.

El país había alcanzado una tasa de 47 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2023, convirtiéndose en uno de los más violentos de América Latina.

Ante esta situación, el nuevo presidente apostó por una política de mano dura, declarando un «conflicto armado interno» y desplegando a las Fuerzas Armadas en las calles.

Esta estrategia, junto con otras medidas como la construcción de nuevas cárceles de máxima seguridad, logró reducir la tasa de homicidios a 38 por cada 100.000 habitantes en 2024.

Sin embargo, la violencia sigue siendo un problema acuciante, como demuestran los recientes asesinatos de cuatro menores a manos de una patrulla militar, un caso que ha conmocionado al país.

Las elecciones del domingo representan un momento crucial para Ecuador.

El país se debate entre la continuidad de un modelo de gobierno que ha apostado por la mano dura en seguridad y la liberalización económica, y un retorno a políticas más cercanas al socialismo del siglo XXI que imperó durante la década de Correa.

Economía: luces y sombras

En el ámbito económico, el gobierno de Noboa ha enfrentado desafíos significativos.

La economía ecuatoriana, que venía arrastrando problemas desde antes de su mandato, se vio afectada por una grave crisis energética en 2024 que provocó apagones de hasta 14 horas diarias en algunas zonas del país. Esta situación, sumada a la persistente inflación y el alto desempleo, llevó a una contracción del PIB del 0,4% en 2024, según datos del Fondo Monetario Internacional.

No obstante, el gobierno logró algunos avances, como la aprobación de un préstamo de 4.000 millones de dólares del FMI en mayo de 2024, que dio un respiro a las finanzas públicas.

Además, se implementaron medidas para atraer inversión extranjera y se mantuvo la estabilidad de la dolarización, que cumple 25 años en Ecuador.

La montaña rusa de la popularidad

El mandato de Noboa ha estado marcado por fuertes fluctuaciones en su popularidad.

Tras asumir el cargo, su aprobación se disparó hasta el 82% en enero de 2024, impulsada por sus medidas contra la inseguridad.

Sin embargo, esta luna de miel con el electorado fue efímera.

La crisis energética, el aumento del IVA del 12% al 15% y la percepción de que las medidas de seguridad no han sido suficientes provocaron un descenso gradual de su popularidad.

Según la encuestadora Cedatos, la aprobación de Noboa cayó al 39,7% en diciembre de 2024, con una desaprobación del 52%.

El panorama electoral

A pesar de este desgaste, Noboa llega a las elecciones como favorito según la mayoría de las encuestas.

Su principal rival es Luisa González, candidata del movimiento Revolución Ciudadana, vinculado al ex presidente Rafael Correa.

La contienda se perfila como un duelo entre la continuidad de las políticas de mano dura de Noboa y el retorno a las políticas sociales del correísmo.

Según la encuestadora Ipsos, Noboa cuenta con una intención de voto del 45,3%, frente al 31,3% de González.

Sin embargo, estas cifras no garantizan una victoria en primera vuelta, que requiere más del 50% de los votos o al menos el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo lugar.

Los desafíos pendientes

El próximo gobierno, sea quien sea el vencedor, deberá enfrentar retos formidables:

  1. Seguridad: Aunque se han logrado avances, la violencia sigue siendo un problema grave. El crimen organizado y el narcotráfico continúan desafiando al Estado.
  2. Economía: La reactivación económica y la generación de empleo son prioridades urgentes. El país necesita diversificar su economía más allá del petróleo y atraer inversiones.
  3. Crisis energética: Es fundamental encontrar soluciones a largo plazo para evitar nuevos apagones y garantizar el suministro eléctrico.
  4. Polarización política: El país sigue dividido entre corrientes ideológicas opuestas, lo que dificulta la gobernabilidad y la implementación de reformas.
  5. Corrupción: La lucha contra este flagelo sigue siendo una demanda ciudadana prioritaria.

Santiago Basabe, politólogo de la Universidad San Francisco de Quito, resume así el dilema:

«La seguridad es el gran problema que ha tenido el gobierno; pero en un país con desigualdades sociales enormes como es Ecuador, creo que entre las prioridades de los sectores menos aventajados están, además de la seguridad, la salud y la educación».

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