El régimen de Nicolás Maduro en Venezuela sigue en pie pese a las sanciones internacionales, el rechazo democrático y las denuncias por violaciones sistemáticas de derechos humanos.
Este fenómeno se entiende solo si se analizan los intereses y beneficios que obtienen China, Rusia e Irán al apoyar a Caracas.
Además, la represión interna, simbolizada por la temida prisión de El Helicoide, completa el cuadro de un Estado sostenido por alianzas internacionales robustas y una maquinaria represiva interna.
La pregunta sobre cuánto tiempo puede sostenerse este equilibrio dependerá tanto de cambios geopolíticos globales como del nivel de resistencia social interna.
Hoy por hoy —8 de mayo de 2025— la respuesta parece clara: mientras existan aliados poderosos dispuestos a invertir en la supervivencia del régimen chavista, la represión continuará siendo moneda corriente en Venezuela.
Beneficios estratégicos y económicos
- China ha sido durante años el principal financista del chavismo. Sus créditos multimillonarios a cambio de petróleo han permitido a Caracas sortear crisis económicas y mantener la operatividad del Estado. Pekín busca asegurar el acceso preferente a recursos naturales —petróleo, minerales— en condiciones ventajosas, además de fortalecer su presencia en América Latina como contrapeso geopolítico a Estados Unidos.
- Rusia aporta músculo militar y respaldo diplomático. Ha vendido armamento avanzado al gobierno venezolano, ofrecido entrenamiento militar e incluso facilitado la llegada de tropas o mercenarios vinculados al grupo Wagner para contener protestas internas. Moscú utiliza Venezuela como plataforma para desafiar a Occidente en su propio hemisferio y consolidar rutas alternativas para comerciar petróleo y minerales bajo sanciones internacionales.
- Irán ha sido vital para esquivar sanciones estadounidenses: recibe oro venezolano como pago por combustibles y tecnología, ayudando a mantener operativas las refinerías y el transporte petrolero. Además, Teherán utiliza su relación con Caracas para proyectar influencia política y desafiar el aislamiento internacional impuesto a ambos regímenes.
Recompensa política
El apoyo de estos países permite al chavismo:
- Romper el aislamiento internacional impuesto por EE. UU., la Unión Europea y buena parte de Latinoamérica.
- Garantizar inversiones estratégicas en sectores clave (energía, infraestructuras).
- Obtener respaldo diplomático ante organismos multilaterales.
- Incorporarse en bloques alternativos como los BRICS, aumentando su margen de maniobra exterior.
Un régimen sostenido por la represión: El Helicoide
La supervivencia del régimen chavista depende tanto del oxígeno internacional como del control interno. El Helicoide, un edificio icónico convertido en prisión política, es símbolo de esta represión.
- Originalmente pensado como centro comercial, El Helicoide es hoy sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) y principal cárcel para disidentes políticos.
- Organizaciones internacionales han documentado torturas sistemáticas: golpizas, descargas eléctricas, ahogamientos simulados con bolsas plásticas e incluso simulacros de fusilamiento. Los presos políticos denuncian hacinamiento extremo, falta de atención médica e incomunicación forzada.
- Las condiciones inhumanas han provocado huelgas de hambre recientes entre los internos. ONG venezolanas denuncian traslados arbitrarios, requisas abusivas y suspensión de visitas familiares como forma rutinaria de castigo o presión psicológica.
- El testimonio reciente de Víctor Navarro (periodista y ex preso político) describe El Helicoide como “el centro de tortura más grande de América Latina”, donde el sufrimiento físico se combina con amenazas constantes a familiares y episodios humillantes para quebrar la resistencia moral del detenido.
El impacto regional y global: ¿por qué importa?
El respaldo internacional convierte a Venezuela en un laboratorio geopolítico:
- Permite que un régimen señalado por fraude electoral —como ocurrió tras las elecciones presidenciales del pasado julio— pueda resistir demandas internacionales para auditar resultados o liberar presos políticos.
- Los países aliados felicitaron públicamente a Maduro tras unos comicios considerados fraudulentos por buena parte del mundo democrático; este respaldo legitima su permanencia ante la opinión pública interna.
- La presencia rusa e iraní en suelo venezolano preocupa a Estados Unidos por la posibilidad de proyección militar o espionaje cerca del Caribe.
Mientras tanto, la represión interna sigue siendo instrumental para contener el descontento social. La combinación entre apoyo externo e intimidación interna hace que el régimen no solo sobreviva sino que pueda proyectar estabilidad hacia el exterior.
Perspectivas futuras
A corto plazo, no hay indicios claros de debilitamiento del eje Pekín-Moscú-Teherán respecto al chavismo. Aunque algunos gobiernos latinoamericanos piden auditoría electoral y respeto a los derechos humanos, los aliados estratégicos siguen reconociendo oficialmente a Maduro como presidente legítimo.
La represión en cárceles como El Helicoide tampoco muestra señales claras de cese: las protestas recientes confirman que el aparato estatal sigue utilizando estos centros para castigar la disidencia sin escrúpulos ni control judicial efectivo.
En suma:
- El chavismo sobrevive por la combinación entre apoyo externo (económico, militar, diplomático) y represión interna sofisticada.
- China, Rusia e Irán obtienen recursos estratégicos, influencia regional y capacidad para desafiar a Occidente.
- Las víctimas directas son los venezolanos que sufren cárcel o exilio por disentir.
