Este martes 13 de mayo de 2025, México vuelve a enfrentarse a la cruda realidad de la violencia política que azota el país, tras el asesinato de Yesenia Lara Gutiérrez, candidata del partido Morena a la alcaldía de Texistepec, Veracruz, ocurrido la noche del domingo durante una caravana política que era transmitida en vivo por Facebook.
Lo que comenzó como un festivo evento de campaña se transformó en segundos en una escena de horror cuando, al finalizar un recorrido por el barrio Camino a Jáltipan, se escucharon aproximadamente 20 detonaciones de arma de fuego. La transmisión en vivo, que duró 51 minutos y llevaba por título «CARAVANA DE LA 4TA TRANSFORMACIÓN», capturó el momento exacto en que la alegría de los simpatizantes fue interrumpida por los disparos que acabaron con la vida de la candidata y otras tres personas, dejando además tres heridos.
Ataque brutal en plena campaña
Las imágenes difundidas muestran a Lara Gutiérrez saludando a residentes, interactuando con mujeres, jóvenes y adultos mayores, mientras era acompañada por decenas de simpatizantes en motocicletas, mototaxis y bicicletas. Según reportes de medios locales, el ataque habría sido perpetrado por aproximadamente ocho sujetos armados que dispararon directamente contra la candidata, impactándola en varias partes del cuerpo, incluyendo el rostro.
Tras el ataque, imágenes posteriores mostraron el cuerpo de la candidata tendido sobre el asfalto, cubierto con una bandera de Morena, mientras elementos policiacos acordonaban la escena. La Fiscalía General del Estado (FGE) abrió una carpeta de investigación y efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fueron desplegados en la región para reforzar la seguridad.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó el ataque durante su conferencia de prensa matutina del lunes y señaló que su gobierno está en coordinación con funcionarios estatales de Veracruz, ofreciendo apoyo federal si es necesario.
«Estamos coordinándonos, particularmente con la Secretaría de Seguridad, y con todo el apoyo necesario durante este período electoral de Veracruz y Durango», declaró Sheinbaum, refiriéndose a las próximas elecciones del 1 de junio en ambos estados.
Trayectoria política truncada
Yesenia Lara Gutiérrez tenía una carrera política de base comunitaria. Había sido agente municipal de la comunidad de Las Camelias y posteriormente síndica del Ayuntamiento de Texistepec, su municipio natal. En el actual proceso electoral, había sido designada Promotora de la Cuarta Transformación, lo que la posicionaba como la virtual candidata de Morena a la alcaldía.
Un dato relevante es que Lara Gutiérrez era viuda de Enrique Argüelles Montero, quien ocupó cargos comunitarios similares antes de ser electo regidor primero. Argüelles fue asesinado a balazos el 29 de noviembre de 2022 en pleno centro de Acayucan, lo que sugiere un patrón de violencia dirigido contra esta familia política.
Investigación y consecuencias
La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, condenó enérgicamente el ataque a través de sus redes sociales: «Ningún cargo o puesto vale la vida de una persona. Vamos a dar con los responsables de este cobarde asesinato a la candidata y simpatizantes de Morena en Texistepec».
En un giro trágico que demuestra la gravedad de la situación, dos agentes de la Policía Federal Ministerial de la Fiscalía General de la República (FGR) que investigaban el asesinato de Lara Gutiérrez fueron también asesinados alrededor de las 15:00 horas del lunes 12 de mayo en Boca del Río, Veracruz, apenas un día después del ataque contra la candidata.
Patrón de violencia electoral
El asesinato de Yesenia Lara Gutiérrez no es un caso aislado. Los ataques contra candidatos políticos son alarmantemente comunes durante los ciclos electorales en México. El año pasado, el país registró un número récord de víctimas de violencia político-criminal. Data Cívica, una organización de derechos humanos, reportó 661 ataques a personas e instalaciones, muchos de ellos dirigidos contra personas que ocupaban o se postulaban para posiciones de nivel municipal.
En un caso similar ocurrido recientemente, Germán Anuar Valencia, candidato a la Presidencia Municipal de Coxquihui, Veracruz, también fue asesinado. Según reportes policiacos, recibió al menos cinco disparos, uno de ellos en el pecho, falleciendo posteriormente en un hospital del municipio de Espinal.
Valencia había suplido a Jaime Vega Gómez, dirigente municipal y precandidato de Morena a la misma alcaldía, quien fue encontrado muerto en su domicilio el 10 de abril de 2025. Las circunstancias de la muerte de Vega Gómez también son confusas, con versiones que apuntan tanto a causas naturales como a una posible agresión.
En mayo de 2024, un candidato a alcalde fue asesinado durante una parada de campaña en el estado sureño de Guerrero, en un tiroteo que también fue capturado en video. Días después, la alcaldesa de Cotija en el estado de Michoacán fue asesinada mientras caminaba de regreso a su casa desde un gimnasio, acompañada por su guardaespaldas. Y en octubre del mismo año, el alcalde de Chilpancingo, capital de Guerrero, fue asesinado menos de una semana después de asumir el cargo.
Elecciones bajo amenaza
Este clima de violencia pone en grave riesgo el proceso electoral que se desarrollará el próximo 1 de junio en estados como Veracruz y Durango. La intimidación y eliminación de candidatos no solo representa un ataque directo contra las personas, sino contra el sistema democrático en su conjunto.
Las autoridades federales y estatales han prometido reforzar la seguridad y esclarecer estos crímenes, pero la persistencia de la violencia política sugiere que las medidas implementadas hasta ahora han sido insuficientes para proteger a quienes participan en la contienda electoral.
El asesinato de Yesenia Lara Gutiérrez, transmitido en vivo y presenciado por sus seguidores, representa un nuevo nivel de brutalidad en la violencia política mexicana, donde los perpetradores no solo buscan eliminar a sus objetivos sino también enviar un mensaje de terror a la población.
Mientras México se prepara para las próximas elecciones, la sombra de la violencia continúa amenazando la integridad del proceso democrático, planteando serios cuestionamientos sobre la capacidad del Estado para garantizar elecciones libres y seguras en regiones donde el crimen organizado mantiene una fuerte presencia.
