Donald Trump ha ordenado el despliegue de 2.000 miembros de la Guardia Nacional en Los Ángeles como respuesta a las protestas surgidas tras las redadas migratorias realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la ciudad californiana.
La decisión, que ha intensificado las tensiones entre el gobierno federal y las autoridades locales, se produce este 7 de junio de 2025, después de dos días de manifestaciones que han derivado en enfrentamientos con las fuerzas del orden.
El mandatario firmó un memorándum autorizando el despliegue militar para «abordar la anarquía que se ha permitido proliferar» en California, según declaró la Casa Blanca en un comunicado emitido el sábado.
Esta acción militar representa una escalada significativa en la respuesta federal a las protestas que comenzaron el viernes tras las redadas de ICE en varios lugares de trabajo del distrito de la moda, un Home Depot y otras áreas locales.
Redadas y detenciones masivas
Las operaciones de ICE en Los Ángeles han resultado en la detención de cientos de personas, incluidos niños, según denunció la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de California del Sur. El viernes, agentes federales realizaron redadas en el edificio federal Edward Roybal en el centro de Los Ángeles, donde al menos 44 personas fueron arrestadas por presuntas violaciones migratorias.
Todd Lyons, director interino de ICE, defendió las operaciones afirmando que los agentes estaban «arrestando a extranjeros criminales ilegales, incluidos miembros de pandillas, traficantes de drogas y personas con historial de agresión, crueldad hacia niños, violencia doméstica, robo y contrabando». Sin embargo, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, condenó enérgicamente estas tácticas, calificándolas de «sembradoras de terror» en las comunidades.
«Como alcaldesa de una orgullosa ciudad de inmigrantes, que contribuyen a nuestra ciudad de tantas maneras, estoy profundamente enfadada por lo que ha ocurrido», expresó Bass en un comunicado. La alcaldesa también señaló que ni ella ni el Departamento de Policía de Los Ángeles fueron informados previamente sobre las redadas.
Escalada de tensiones y respuesta policial
Las protestas comenzaron a intensificarse el viernes cuando grandes multitudes se congregaron cerca del centro de detención federal en el centro de Los Ángeles. Algunos manifestantes arrojaron objetos a vehículos e intentaron bloquear furgonetas que salían del lugar, según reportó la cadena KABC.
El sábado, la situación se agravó cuando la policía utilizó gas lacrimógeno, pistolas paralizantes y escudos antidisturbios para repeler a los manifestantes en Paramount, una ciudad al sur de Los Ángeles, donde agentes de ICE estaban presuntamente realizando una redada en un Home Depot. Según el Departamento de Seguridad Nacional, alrededor de «1.000 alborotadores» se formaron alrededor del edificio federal el viernes, y algunos «agredieron a agentes del orden, rajaron neumáticos y desfiguraron propiedades financiadas por los contribuyentes».
El Departamento de Policía de Los Ángeles declaró una asamblea ilegal el viernes por la noche, advirtiendo a los manifestantes que corrían el riesgo de ser arrestados si permanecían en la zona. En una publicación en redes sociales, la policía informó que un «pequeño grupo de individuos violentos» estaba arrojando grandes trozos de hormigón, lo que llevó al comandante del incidente a autorizar el uso de municiones menos letales.
Choque entre autoridades federales y estatales
La decisión de Trump de desplegar la Guardia Nacional ha provocado un enfrentamiento directo con las autoridades estatales de California. El gobernador Gavin Newsom confirmó que la administración Trump está desplegando «2.000 soldados» en Los Ángeles y calificó la medida como «deliberadamente inflamatoria» que «solo escalará las tensiones».
«El gobierno federal está sembrando el caos para tener una excusa para escalar. Esa no es la forma en que se comporta ningún país civilizado», advirtió Newsom en una publicación en X.
Por su parte, Trump criticó duramente tanto a Newsom como a la alcaldesa Bass. «Si el gobernador Gavin Newscum, de California, y la alcaldesa Karen Bass, de Los Ángeles, no pueden hacer su trabajo, que todo el mundo sabe que no pueden, entonces el Gobierno Federal intervendrá y resolverá el problema, DISTURBIOS Y SAQUEADORES, ¡de la manera en que debería resolverse!», escribió el presidente.
El secretario de Defensa de Trump, Pete Hegseth, afirmó que también se movilizarían marines en servicio activo si «la violencia continúa», elevando aún más la amenaza de una intervención militar más amplia.
Reacciones y posiciones encontradas
Las autoridades federales han adoptado una postura firme frente a las protestas. Dan Bongino, subdirector del FBI, afirmó que la agencia ya ha realizado arrestos por «obstruir nuestras operaciones», mientras que el fiscal de EE.UU. Bill Essayli añadió que las operaciones de las fuerzas del orden federales continuarán según lo planeado este fin de semana en el condado de Los Ángeles.
Tom Homan, el zar fronterizo de la administración Trump, declaró en una entrevista con Fox News que las autoridades están «intensificando» y «movilizándose para abordar la violencia y la destrucción que ocurren cerca de los lugares de las redadas donde se están reuniendo los manifestantes». «Pueblo estadounidense, esto se trata de hacer cumplir la ley, y, de nuevo, no vamos a disculparnos por hacerlo», afirmó Homan.
En contraste, la alcaldesa Bass ha intentado mantener un equilibrio entre reconocer el derecho a la protesta pacífica y condenar los actos violentos. «Todos tienen derecho a protestar pacíficamente, pero permítanme ser clara: la violencia y la destrucción son inaceptables, y los responsables rendirán cuentas», declaró.
El Departamento de Policía de Los Ángeles, por su parte, afirmó que las protestas en toda la ciudad habían permanecido pacíficas y elogió a «todos aquellos que ejercieron sus derechos de la Primera Enmienda de manera responsable». La policía añadió que mantendrá «una postura de preparación elevada» para «garantizar la seguridad continua de nuestras comunidades».
La crisis actual pone de manifiesto las profundas divisiones en la política migratoria estadounidense y el creciente conflicto entre el gobierno federal y los estados con políticas más favorables hacia los inmigrantes. Mientras tanto, las comunidades inmigrantes de Los Ángeles permanecen en estado de alarma ante la posibilidad de nuevas redadas y la presencia militar en sus calles.
La alcaldesa Bass señaló que, en medio de la recuperación de los incendios forestales de este año, «muchos en nuestra comunidad están sintiendo miedo» tras las «recientes acciones federales de aplicación de la ley de inmigración» en todo el condado de Los Ángeles. «Hemos estado en contacto directo con funcionarios en Washington, D.C., y estamos trabajando estrechamente con las fuerzas del orden para encontrar el mejor camino a seguir», aseguró.
Mientras la situación continúa desarrollándose, los angelinos se preparan para lo que podría ser un prolongado periodo de tensión entre las fuerzas federales y las comunidades locales, con la Guardia Nacional ahora como un nuevo elemento en esta volátil ecuación.