NUEVA ESCALADA MILITAR CONTRA EL NARCOTRÁFICO

EEUU y la nueva guerra del Pacífico: 14 muertos en ataques a narcolanchas vinculadas al cartel de los Soles en el Pacífico

El Pentágono ordena bombardeos letales contra cuatro embarcaciones en aguas internacionales, reavivando el debate sobre la estrategia de EE.UU. ante el narcotráfico venezolano y su impacto regional

Narcolancha en el Pacífico
Narcolancha en el Pacífico. PD

Pocas bromas con la la Casa Blanca y menos que la DEA y el Pentágono.

En la madrugada del lunes, Estados Unidos llevó a cabo tres ataques aéreos contra cuatro embarcaciones en el Pacífico oriental, supuestamente involucradas en el tráfico de drogas.

El resultado fue trágico: catorce personas perdieron la vida y un superviviente fue rescatado por las autoridades mexicanas gracias a la intervención del Comando Sur estadounidense.

Esta operación, dirigida por Donald Trump y comunicada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, representa un cambio significativo en la estrategia antinarcóticos de Washington, que ha intensificado en las últimas semanas los bombardeos extrajudiciales en aguas internacionales, con especial atención a las redes venezolanas y colombianas.

Un patrón de ataques sin precedentes

Desde septiembre, el ejército estadounidense ha aumentado notablemente su presión militar en el Caribe y el Pacífico. Hasta ahora, se han hundido catorce embarcaciones y se han reportado al menos 57 muertes, según datos oficiales proporcionados por la Casa Blanca. Este despliegue incluye destructores, aviones F-35, submarinos nucleares y el grupo de ataque del portaaviones Ford. Las operaciones se enfocan en rutas marítimas bajo control de organizaciones criminales como el cartel de los Soles, al que Washington califica de «narcoterrorista».

  • Tres ataques en menos de 24 horas contra cuatro barcos.
  • Catorce fallecidos y un superviviente trasladado a México.
  • Coordinación entre el Comando Sur y las autoridades mexicanas para llevar a cabo el rescate.
  • Operaciones previas realizadas en aguas de Venezuela y Colombia.

La administración Trump justifica estas acciones como necesarias y legales, argumentando que las redes de narcotráfico han causado más muertes a estadounidenses que Al-Qaeda. En este sentido, sostienen que la defensa nacional requiere medidas excepcionales. Sin embargo, la falta de pruebas públicas sobre la identidad de los fallecidos, así como sobre la naturaleza de las embarcaciones implicadas y la validez de los bombardeos fuera del ámbito jurisdiccional estadounidense han suscitado críticas tanto desde el Congreso como desde la sociedad civil.

El cartel de los Soles: estructura y alcance

El cartel de los Soles es una compleja red criminal compuesta por altos mandos militares y civiles cercanos al régimen de Nicolás Maduro. Este grupo controla rutas terrestres, aéreas y marítimas que facilitan el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, Europa y África. Su consolidación como actor clave en la economía ilícita latinoamericana ha llevado a países como EE.UU., Argentina, Ecuador y Perú a clasificarlo como organización terrorista.

  • Infiltración en las fuerzas armadas, especialmente dentro de la Guardia Nacional y la Armada venezolana.
  • Alianzas con grupos como el Tren de Aragua y disidencias de las FARC-EP.
  • Uso estratégico de puertos del Caribe, lanchas rápidas y el aeropuerto internacional Simón Bolívar para exportar droga.
  • Recompensa que asciende hasta 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Maduro y Diosdado Cabello.

Las acusaciones dirigidas contra Maduro y Cabello son negadas sistemáticamente desde Caracas; sin embargo, se fundamentan en testimonios proporcionados por exfuncionarios del régimen así como denuncias realizadas por familiares vinculados a la élite chavista en tribunales estadounidenses por tráfico de cocaína. Además, el cartel ha diversificado sus actividades hacia otras áreas ilegales como el contrabando de oro, trata de personas o explotación minera ilegal, afianzando su poder mediante una impunidad institucional notable y conexiones con otras mafias regionales.

Escalada regional y dilemas políticos

La ofensiva naval lanzada por EE.UU. tiene como objetivo cortar el flujo de drogas e intentar debilitar al cartel de los Soles. Pero también actúa como una forma de presión política sobre Maduro. El incremento del despliegue militar en el Caribe ha provocado tensiones diplomáticas; mientras algunos gobiernos aliados apoyan estas operaciones, otros países como Trinidad y Tobago muestran reservas respecto a la designación del cartel como organización terrorista.

La falta de claridad respecto a las víctimas involucradas así como sobre la legalidad internacional detrás de estos ataques ha generado un intenso debate dentro del Congreso estadounidense. Tanto demócratas como republicanos demandan una mayor transparencia sobre los procedimientos adoptados y los resultados obtenidos. La reciente transferencia del único superviviente a México también pone sobre la mesa lo complicado que puede ser coordinar esfuerzos internacionales en aguas internacionales donde las jurisdicciones varían según cada país.

¿Hacia una nueva fase de la guerra contra el narco?

El panorama actual revela una creciente militarización en la lucha contra el narcotráfico. Estados Unidos parece decidido a llevar sus acciones más allá del territorio nacional. Esta estrategia es bien recibida por algunos aliados como Francia o Perú; sin embargo, plantea serias preguntas sobre su efectividad real así como sobre los riesgos potenciales que conlleva una escalada bélica. La permanencia del cartel de los Soles junto con su capacidad para adaptarse plantea desafíos importantes; además, hay que considerar cómo estos ataques impactan humanitaria y diplomáticamente.

  • EE.UU. sostiene que estos bombardeos son cruciales para garantizar su seguridad nacional.
  • Las redes criminales continúan expandiéndose aprovechando vacíos estructurales en varios países así como flujos migratorios incontrolados.
  • Aumenta también la presión internacional sobre Venezuela; no obstante, Caracas rechaza estas acusaciones asegurando que se trata simplemente de una campaña destinada a desestabilizar su gobierno.

Así pues, esta guerra naval declarada por Washington se convierte no solo en un enfrentamiento contra el narcotráfico sino también en un juego geopolítico donde se entrelazan intereses regionales e influencias políticas. El desenlace dependerá no solo del poder negociador sino también del compromiso para asegurar que esta lucha contra el crimen organizado no termine vulnerando derechos fundamentales ni agravando aún más la crisis humanitaria ya existente.

El mar sigue siendo un escenario cargado de tensiones; tras estos recientes bombardeos surge una pregunta inquietante: ¿logrará Estados Unidos desarticular al cartel de los Soles o veremos cómo esta acción desencadena una nueva ola de violencia e inestabilidad en América Latina?

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