Ocurrió el mismo día 1 de noviembre. Carles Francino reaccionó y decidió sobre la marcha hacer su programa «Hoy por hoy» desde el Congreso de los Diputados. Al día siguiente se celebraba el debate sobre la toma en consideración de la propuesta del Parlamento catalán para la reforma del estatuto de autonomía de Cataluña. Dicho y casi hecho, porque en el Congreso hay nuevas cabinas para las emisoras de radio que no había dado tiempo a equipar. No hubo problema.
Un equpo de carpinteros y de técnicos trabajó de madrugada para que todo estuviera preparado para que Francino pudiera emitir desde el Congreso y entrevistar antes del comienzo del debate a las 13.00 horas a los líderes catalanes que iban a defender el texto del nuevo estatuto.
Otra cosa será el contenido y la forma de hacerlo, pero la reacción es buena y se supone que fue idea suya, aunque hay que confesar que ese extremo no se ha podido confirmar.
Es habitual que los autores de buenas ideas queden en el anonimato, pero lo que hoy cuenta es lo que se hizo y el tanto se lo apunta Francino. Otra cuestión es si el Congreso puede abrir a horas intempestivas para que la SER equipe su cabina.