¿Están ustedes seguros de que la decisión de aterrizar en el aeropuerto de Mostar (Bosnia-Herzegovina) fue únicamente del piloto del avión Hércules que trasladaba al ministro de Defensa, José Bono, y a su comitiva desde Dubrovnik? No es lo más habitual dadas las condiciones adversas. Si así fuera, este profesional tendrá que asumir la responsabilidad de un aterrizaje de alto riesgo que terminó con el aparato saliéndose 200 metros de la pista en una zona de tierra que fue desminada en su momento, pero que en estos casos nunca se sabe.
A todos los pasajeros les aconsejaron que caminaran por el surco abierto por el tren de aterrizaje del avión por si acaso. Si se hubiera abortado el aterrizaje por las malas condiciones metereológicos y la escasez de medios del aeropuerto de Mostar, se hubiera trastocado el programa del ministro y su foto el día de Navidad con los soldados.
Hay que recordar que el propio ministro iba en la cabina del piloto desde el comienzo de la maniobra de tomar tierra.
¿Habrá grabación de esas conversaciones? Resulta sorprendente que el piloto se arriesgara de esa manera, aunque fuera tan inconsciente de tratar de impresionar al ministro en condiciones adversas para que su agenda no se viera perjudicada.
O es que alguien le ordenó que lo hiciera. El caso es que el ministro se ha ocupado de desviar hacia el piloto toda la responsabilidad. Incluso en su conversación con el Rey aseguró que:
«Majestad, el piloto está destrozado y reconoce que hemos vuelto a nacer» Incluso, cuando le llamó el Jefe del Estado Mayor del Aire le sugirió que :»tú haz lo que tienes que hacer»
Hay una investigación abierta. El ministro ha capitalizado este incidente. Esa tarde-noche, cuando le sonaba el teléfono móvil ni se disculpaba para conversar privadamente.
Al revés, en voz alta y en medio de jefes militares y periodistas contestaba las llamadas :»hola presidente, sí estamos vivos de milagro» «hola Curro (Moratinos), ha sido un susto de muerte pero estamos bien» «hola Alberto (Ruiz Gallardón, gracias a Dios estamos bien«.
Bono aprovechaba la oportuna pregunta de alguna periodista para dejar caer que:»no me ha llamado Rajoy ni nadie de la dirección del PP, pero eso no tiene importancia…»
Bono no deja pasar ocasión para sacar beneficio político de cualquier circunstancia y continúa con su discurso trasnochado de los militares demócratas y la unidad de España, como si los militares no hubieran demostrado hace años su condición demócrata y profesional o como si no hubiera habido antes ministros de Defensa socialistas con mucho mejor prestigio y aprecio entre los militares que el propio Bono que sólo se preocupa de su carrera política para llegar a la Moncloa.