Elena de Regoyos (Periodista Digital).- En España pudimos leer la noticia el domingo, pero en su país no se supo hasta dos días después. ¿Por qué? Ocurrió el pasado fin de semana en Estados Unidos, a petición del propio medio para el que ella trabajaba como corresponsal en Irak.
La respuesta la ofrece Editor&Publisher (E&P):
«Numerosos medios extranjeros revelaron el incidente -y en algunos casos el nombre de la reportera-. Esta historia no apareció en el The New York Times, The Washington Post, Los Angeles Times, y otros periódicos y websites estadounidenses.»
La agencia Associated Press justificaba así su vacío informativo:
«Nos advirtieron que cuanto menos dijéramos, mejor sería para proteger a la secuestrada.»
Desde el Washington Post dan la siguiente explicación:
«Estamos haciendo todo lo posible para no poner en peligro la vida de la reportera.»
Y lo mismo desde el The New York Times, The Boston Globe, USA Today y el The Wall Street Journal.
Este martes, por fin, The Monitor, el medio para el que Jill Carroll trabajaba, publicaba lo ocurrido:
«Jill Carroll, una periodista freelance que actualmente firma para el The Christian Science Monitor, fue secuestrada por un desconocido hombre armado en Bagdad el pasado sábado por la mañana. Su intérprete iraquí fue asesinado durante el secuestro.»
