Elena de Regoyos (Periodista Digital).- José Luis Rodríguez Zapatero es un articulista de lujo este jueves en El Mundo, pero Pedrojota no perdona y su editorial de hoy dice algo así: «La España de Zapatero, cambio a peor». Poco le importa al director del diario este matiz, ni por guardar las formas se contiene este jueves.
Parece de mal anfitrión, pero lo cierto es que la línea editorial de El Mundo es la que es, así que nos queda interpretar este hecho de dos formas posibles: o El Mundo se la ha ‘clavado’ por la espalda a Zapatero demostrando muy mal gusto, o algo así era perfectamente esperable y lo llamativo es, más bien, el coraje de Zapatero al aceptar la invitación de escribir este artículo sabiendo cómo vienen siendo los editoriales del diario de Pedrojota últimamente.
Si bien es cierto que el presidente del Gobierno no se ha lanzado a escribir en El Mundo sobre la actualidad política, tan criticada por su director. A lo mejor le gustaría y no le han dejado hacerlo. Eso no lo sabemos.
El caso es que Zapatero le dedica un artículo a Enrique Tierno Galván, «un socialista poliédrico», 20 años después de su muerte:
«Para mí, fue un socialista que dio ejemplo de que la primera virtud de un socialista es estar cerca de la gente, y de que su éxito más rotundo es que la gente acabe reconociéndole como uno de los suyos.»
Antes de llegar a este artículo, incluido en el suplemento de Madrid M2, el lector había podido ya leer otro furibundo ataque, uno más, del editorialista del periódico contra Zapatero («La España de Zapatero, un viaje atrás en el túnel del tiempo»):
«Los tremendos errores que está cometiendo Zapatero han vuelto a resucitar los viejos demonios familiares».
Y como resumen del extenso editorial valga este párrafo:
«Han pasado casi dos años desde entonces y la situación ha cambiado radicalmente para peor. No hay más que echar un vistazo a la portada de hoy de nuestro periódico: agitación entre los militares, desafío a la legalidad del brazo político de ETA, tensas negociaciones contra reloj para un nuevo Estatuto catalán, cuestión lingüística, debate sobre el modelo de Estado, pulso celtibérico por unos legajos históricos… Los problemas de hoy son muy parecidos a los de hace 25 años, cuando había que pasar de una dictadura a una democracia. La diferencia es que esos conflictos eran entonces inevitables y hoy han surgido de forma artificial por los errores de un gobernante.»
