Sands descubre la preocupación de Bush por el hecho de no encontrar armas de destrucción masiva por lo que comentó al Premier británico, Tony Blair, la posibilidad de ordenar el vuelo de aviones de reconocimiento U2 pintados con el emblema de Naciones Unidas. De ser derribados estos aviones, habría incumplido las resoluciones de la ONU.
Entre otros planes, el presidente estadounidense habría intentado sacar de Iraq a un desertor para que informara al mundo de la existencia de armas de destrucción masiva e incluso la posibilidad de asesinar al presidente iraquí.
La reunión citada por Sands tuvo lugar a finales de enero del 2003, seis semanas antes del inicio de la guerra. El 25 de febrero de ese mismo año, Blair anunció a la Cámara de los Comunes que el gobierno británico había decidido darle a Saddam una “última oportunidad” para que se desarmase y, según relata Sands, esta decisión de Blair de apoyar a Bush fue uno de los resultados de la reunión mantenida en enero.
Un día después del anuncio de Blair, Colin Powell acusó en la ONU a Iraq por su programa nuclear, que el tiempo demostró la falsedad de sus acusaciones.