Exceso de melindres, escasez de gramática y mal periodismo

Exceso de melindres, escasez de gramática y mal periodismo

Es habitual leer en los periódicos españoles y escuchar en los noticieros de radio o televisión, como se adjetiva de ‘presunto‘ a un sujeto detenido con un arsenal encima y en cuyo historial figuran condenas por asesinato, tiempo en la cárcel y afiliaciación pública a ETA.

Lo asombroso es que esa práctica –en la que se confunden categorías jurídicas y nomenclaturas periodísticas- parece estar extendiéndose a otros ámbitos.

En la página 31 de la edición de El País distribuida este domingo en Madrid, había una nota a dos columnas bastante curiosa. Por dos motivos: es muy interesante y está redactada con los pies.

No el conjunto, donde se relata que un hombre de 29 años, que respondía a las iniciales J.J.D.V., falleció sobre las cinco de la mañana del viernes en el Hospital Clínico de Málaga después de que la noche anterior recibiera cinco impactos de bala cuando se resistía a que dos individuos le atracaran a él, a su novia y a un amigo.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, presunto “se dice de aquel a quien se considera posible autor de un delito antes de ser juzgado”.

En ese sentido, lo lógico es que los periodistas utilicen el término cuando hacen referencia a un detenido, a quien se acusa de haber perpetrado una fechoría. No tiene sentido aplicar esa categoría jurídica a alguien, cuando se describe lo que hace.

Pues bien, F.J. Pérez, el autor de la nota de El País no debe de tener las cosas muy claras o ha recibido instrucciones equivocas y tendrá que consultar urgentemente con Sebastián Serrano, el Defensor del Lector del diario.

Explica en su artículo que los hechos ocurrieron sobre las nueve de la noche del viernes, en la calle Bodegueros de la capital malagueña. Cita como fuente a la policía, para detallar que el copiloto de la motocicleta del vehículo sacó un arma de fuego de pequeño calibre y apuntó al fallecido al tiempo que le exigía que le entregara todo lo que tenía encima. Puntualiza después, que los de la motocicleta acribillaron al joven, que recibió cinco impactos de bala, todos ellos en el tórax y en el abdomen.

¿Presuntos atracadores?

La historia es dramática, está llena de detalles relevantes y hasta bien contada, pero lleva en medio frases como estas:

La víctima y sus acompañantes se encontraban paseando por la zona cuando aparecieron los dos supuestos agresores montados en un ciclomotor.

Los presuntos atracadores persiguieron al joven, al que siguieron tiroteando incluso cuando estaba dentro del coche.

Cuando detengan a esos dos facinerosos y estos nieguen todo, algo habitual, la nota de prensa deberá incluir el termino ‘presunto’ al lado de la palabra ‘asesino’ o junto a la de ‘homicida’, cada vez que se hable ellos, pero usarlo para describir lo ocurrido es un despropósito.

Aplicando hasta el fondo los melindres de algunos periodistas, quizá F.J. Pérez podía también haber puesto junto a las iniciales J.J.D.V las palabras ‘presunto fallecido’.

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