Daniel Forcada (Periodista Digital).- Hubo una época en España en la que el lápiz rojo de los censores se convirtió en habitual en los textos de los periodistas. Un tiempo en el que no se sabía muy bien como acertar para eludir los tachones de las autoridades franquistas. Pues bien. Esa misma sensación de no saber cuándo se ha pasado de la raya es la que viven los periodistas y caricaturistas de Irán, el país que ha convocado un concurso de viñetas sobre el holocausto judío.
Bozorgmehr Hosseinpour retrató la semana pasada al presidente, Mahmad Ahmadineyad vestido de boxeador y pegándole a un saco con el logotipo de la energía nuclear. Ha roto un tabú, el de dibujar al presidente, que duraba ya 27 años. Pero, ¿lo permitirá el régimen de los Ayatolás?
En una entrevista con el periodista de ABC, Mikel Ayesterán, Bozorgmehr responde que está esperando a que “vengan a cerrarnos el periódico”.
“Pero me quede muy conforme con mi trabajo. Creo que he conseguido abrir un camino, dar un paso adelante para que los demás también se atrevan a hacerlo. Nadie puede decir nada porque se trata de un dibujo sutil y nada insultante, pero en este país nunca se sabe”.
En un país sin libertad de expresión y que apela a ella para caricaturizar sobre el holocausto judío caricaturistas como Bozorgmehr viven en una continua incertidumbre. Lo que esa supuesta libertad de prensa no permite tajantemente, además de hacer humor gráfico sobre Mahoma, es caricaturizar a un clérigo. Por dibujar al ex presidente Jatami sin turbante, el periódico en el Bozorgmehr trabaja fue precintado hace cinco años.
“Ahmadineyad, por mucho cargo que tenga, es civil y nadie prohíbe caricaturizar a alguien que no es un clérigo, aunque este tabú también lo tenemos que romper”.
A la espera de las autoridades iraníes dedican o no cerrar su periódico, otro diario, el diario conservador Hamshari continua recibiendo caricaturas para el concurso internacional sobre el holocausto judío, para el que se han ofrecido 12.000 dólares de premio.
“Es una venganza por lo de Mahoma y es no está bien, es muy cruel. Responder a algo feo con algo más feo no lleva a ninguna parte. La gente aún llora cuando recuerda aquella matanza”.
Y como dice el refrán, Bozorgmehr pone buena cara ante al mal tiempo y las adversidades.
“No existe la libertad de expresión, pero eso tiene su lado bueno porque los artistas debemos desarrollar un tacto y un talento especial. Decir todo sin que lo parezca”.
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