Periodista Digital.- Le prohibimos «informar, comentar y acudir a ninguna conferencia de prensa». Es el mensaje que recibió el responsable del Diario de la Juventud de China, Bing Dian, repentinamente. Bing Dian había publicado artículos heterodoxos, sobre el sistema político de Taiwán, sobre la guerra civil y la revuelta de los Boxer.
Cuenta Rafael Poch, desde Pekín, en La Vanguardia, la historia de este editor y de cómo el departamento central de propaganda del Partido Comunista cerraba su publicación.
«Bing Dian había publicado una semblanza del caído en desgracia por reformista, ex secretario general del partido, Hu Yaobang, con motivo del 90 aniversario de éste, algo que el Departamento Central de Propaganda había prohibido expresamente.
Li Datong publicó al día siguiente un informe sobre todo esto en su blog, en el que decía, entre otras cosas, que, «un pequeño grupo de gente corta de miras del Departamento Central de Propaganda está usando métodos dictatoriales que adormecen lo que debería ser un ambiente político en el que florecieran cien flores y se expresaran cien escuelas de pensamiento». El blog fue bloqueado, pero el informe se divulgó a base de mensajes, hasta que el cierre se convirtió en una nueva no noticia conocida por todo el mundo interesado en ella.
Los medios chinos están sufriendo una campaña oficial para disciplinarlos. En diciembre, se produjo una purga del director de Noticias de Pekín,Yang Bin, lo que provocó una insólita protesta de los periodistas del diario, y lo mismo pasó en una revista de Cantón. El 2 de febrero, un periodista de Zhejiang, Wu Xianghu, murió como consecuencia de la paliza que le propinaron, tres meses antes, un grupo de policías a los que no gustaron sus artículos.
Días después, el editor de la revista pekinesa, Public Interest Times,Chen Jieren, fue despedido al irritar con un artículo en el que criticaba los errores de traducción en la nueva web en inglés del gobierno chino. Tal artículo, le dijeron, no debería haberse publicado por, «afectar negativamente a la imagen del gobierno». En enero, la misma revista había denunciado la malversación, a cargo de funcionarios provinciales, de más de cinco millones de euros de los fondos para compensar las inundaciones en Shaanxi, lo que provocó una reacción del gobierno de esa provincia.
La ley china regula que los proveedores de Internet deben restringir informaciones que, «vulneren la dignidad y el interés del estado», fomenten, «cultos malignos», o «dañen la estabilidad social».
Así, se ha sabido, por ejemplo, que Yahoo delató a un periodista, Shi Tao, y al ciberdisidente, Li Zhi, condenado a ocho años de cárcel por subversión, y que Microsoft cerró la pagina de Zhao Ping, otro disidente. Eso en un país en el que los delitos de opinión en la red pueden ser castigados con hasta diez años de cárcel, que tiene 75 activistas conocidos entre rejas – primer puesto mundial- y que cuenta con un cuerpo de 30.000 policías especialmente dedicado a rastrear la red en busca de mensajes delictivos (pornografía y política) y crear bloqueos.
Todo por el negocio
Tras el escándalo con el disidente Zhao Ping, Microsoft ha anunciado una nueva política que le permitirá cerrar blogs en China, sin que dejen de ser vistos fuera de ese país. Google admite que va a entrar en el mercado chino con un buscador censurado, según instrucciones del gobierno chino, en el que se bloquean términos como «homosexualidad» y «embarazo adolescente», además de los políticamente habituales, como: «Tiananmen», «derechos humanos» o «libertad de expresión». Hasta la web del condado de Essex, en Inglaterra, está bloqueada, por confusión con la palabra «sex».
Batalla perdida
«A largo plazo, los censores chinos están librando una batalla perdida«, dice Xiao Qiang, un especialista en el tema residente en Estados Unidos. La solución es una censura sutil, integrada en una neutra naturalidad autorregulada, como la occidental, pero los chinos aun no disponen de mecanismos de consenso tan engrasados como los nuestros. Para ello les falta renta per cápita.»
