El peligro de ser blogero en el Irán de los ayatolás

Susana Mendoza (Periodista Digital).- A modo de escarmiento, el Gobierno del Irán de los blogueros decidió hace un año, encarcelar a Mojtaba Saminejad, un estudiante irani y autor de un blog muy popular crítico con los mulahs.

Al joven estudiante le ha salido muy caro ser aficionado a Internet y dar su opinión en el blog de su creación; en concreto cinco años de cárcel, de los que ya lleva uno cumplido. El motivo de su detención fue informar acerca de detenciones y encarcelamientos de compañeros que también tenían blogs o escribían en medios digitales, aunque nunca una sentencia sobre esto fue tan dura como la aplicada al joven. De hecho, Irán se sitúa como el primer régimen que condena a un blogero, en un intento de abortar la nueva «Revolución digital» que la juventud de esta república islámica está experimentando.

Según informa el Comité para la Defensa de los Blogeros, de reciente creación, el escarmiento de Mojtaba se debe en parte a la acción del movimiento integrista Hezbolláh que encontró el blog y presionó para su detención.

Tras el encarcelamiento de Mojtaba, vino el de Arash Sigarti, un periodista de internet, que fue hallado culpable de «insultar al Guía Supremo» y se enfrenta a una condena de tres años, que comenzó en enero del 2005.

Las pretensiones del gobierno iraní de evitar la libre expresión en Irán por todos los medios podrían llevarse a cabo en internet con la creación de una especie de «policía internauta«, aunque de momento les basta con la vigilancia que mantienen los grupos intergristas, aunque el descontento entre la juventud queda bien patente en red de redes.

Jose Miguel Guardia (más conocido en la blogesfera como Francoalemán), el creador del weblog internacional Barcepundit y editor de Pajamas Media, opina que aunque el mundo no perciba ningún cambio en Irán, sí se está dando a través de internet.

El farsi es el idioma más extendido en la web después del inglés, y más de 120 mil blogs son iraníes. En estos blogs se habla de muchos temas y entre ellos de política o de la situación de la mujer. Hay una policía en internet, pero es imposible hacer un seguimiento de todo el material; pero sí se puede ver un descontento generalizado a través de internet que actúa a modo de catalizador.

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