El “Hexágono” de los espías del CNI

El “Hexágono” de los espías del CNI

Cecilio Madero (Periodista Digital).-Todavía no tiene nombre oficial. Lo conocen en el argot de los espías españoles como el “Hexágono” del CNI (Centro Nacional de Inteligencia), antes CESID .Se trata de un nuevo edificio circular metálico, de ocho plantas, que se está construyendo en medio del ya existente grupo de edificios rectangulares, de cuatro alturas, que componen la actual sede central de los servicios secretos españoles, ubicado a la salida de Madrid en plena la carretera de La Coruña.

Todos los edificios del complejo de los espías españoles han sido bautizados. Así, el edificio central en forma de Y, se llama «Estrella» y allí trabaja el director del centro, el edificio «Pilar» alberga oficinas, en el «Carmen» se encuentra la Escuela de Formación del CNI, y un gimnasio, el cuarto edificio conocido como «Singular» se encuentran el salón de actos y la cafetería.

Lo único cierto es que el ministerio de Defensa construye en la sede central de los servicios de Inteligencia españoles un nuevo edificio circular de ocho plantas, rematado con un segundo helipuerto en la azotea para altas personalidades

¿Para qué quiere el CNI un edificio circular de ocho plantas con un segundo helipuerto en la azotea?

En este nuevo «Hexágono», cuyas obras van a destajo, se ubicarán las nuevas unidades y divisiones creadas por el Gobierno socialista para combatir la llamada lucha contra el terrorismo internacional, sobre todo a raíz del 11-M, el mayor atentado ocurrido en suelo español con 192 muertos y un millar de heridos.

Por este motivo, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero quiso aumentar considerablemente los recursos humanos (agentes de campo, controladores, colaboradores y antenas) para los nuevos retos a los que se enfrenta los servicios de Inteligencia, principalmente la prevención del terrorismo radical de origen islamista.

De esta manera el CNI, tiene previsto durante estos cuatro años aumentar sus plantilla, tanto en la sede central como en el extranjero, en cerca de 1000 nuevos funcionarios, de los que cerca de 300 se dedicarán al terrorismo islamista.

Un segundo helipuerto para altas personalidades

Uno de los datos más curiosos en torno al nuevo edificio que se está construyendo en la sede del CNI, es la construcción en la parte alta del “Hexágono” de un segundo helipuerto para altas personalidades que visiten la sede central de los servicios de Inteligencia españoles.

Algunas fuentes consultadas por PD, han mostrado su extrañeza ante la construcción e la azotea del Hexágono de este segundo helipuerto, por su vulnerabilidad ante posibles ataques. Expertos en seguridad, creen que salvo en rascacielos situados en las grandes ciudades los helipuertos que puedan ser utilizados eventualmente por altas personalidades, deberían ubicarse a ras de suelo.

En el caso del “Hexágono” y el helipuerto ubicado en la azotea se suma el hecho que también puede ser utilizado por altos mandos militares o civiles, en la lucha contra de la banda terrorista ETA o los grupos yihadistas locales englobados en la galaxia terrorista internacional que es hoy Al Qaida.

Terrorismo islamista

Dada la situación que vive España con el terrorismo, que se ha visto agravada en los últimos años debido al integrismo islámico, una importante facción de Inteligencia trabaja volcada en este asunto.

Son las unidades de Inteligencia y Contrainteligencia las que habitualmente están encima de este delicado asunto, que

Obtiene, evalúa, interpreta y difunde información en las áreas de inteligencia exterior, contraterrorismo y contrainteligencia.

Asimismo en el contexto actual, la Inteligencia española destaca que “la globalización de conflictos obligan a la cooperación multinacional” para alcanzar unos niveles satisfactorios de seguridad.

Presupuesto y Fondos Reservados

Por este incremento y globalización de la amenaza terrorista que ya desde 2001 atenaza las libertades y la vida de medio mundo, los servicios de Inteligencia de muchos países han aumentado su dotación. En España este aumento en los presupuestos se ha materializado en torno a un 25% en los dos últimos años.

En los Prepuestos Generales para este año 208,5 millones de euros serán destinados al CNI, un incremento del 9,9% respecto al año anterior. Pero es que, ya en las cuentas de 2005 se aumentó la dotación para inteligencia en un 17,1 %.

El Gobierna justifica esta medida, precisamente, en «los nuevos riesgos y amenazas de este siglo”. De hecho, y aunque la asignación para fondos reservados lleva congelada un par de años en torno a los 17 millones de euros, 11.250.000 euros van destinados en la partida del Ministerio de Defensa, cartera responsable del CNI.

De estos once millones nunca podremos saber qué porcentaje está siendo dedicado al terrorismo, en virtud de una ley de 1995 cuyo objetivo es

Preservar identidades, acontecimientos, lugares o fechas relacionados con actividades o fuentes del Centro. Pero esto no quiere decir que no haya controles sino que existe un sistema especial de justificación y control que excluye la publicidad.

Un hombre de Bono, al frente de los espías

El Centro Nacional de Inteligencia depende administrativamente y orgánicamente del ministerio de Defensa, una decisión que se tomó precisamente a raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre y que tras la masacre de Madrid fue reforzada por los expertos, al considerar el nuevo Gobierno del PSOE que las nuevas amenazas de este siglo, las llamadas NBQR (Nuclear, Bacteriológica, Química y Radiológica) estaban íntimamente relacionadas con los grupos terroristas y representaban la mayor amenaza.

La estrecha vinculación entre Defensa y la Inteligencia española alcanzó su máxima expresión cuando, con la llegada del Gobierno de Zapatero, José Bono, ministro de Defensa, nombra responsable del CNI a un hombre de confianza, Alberto Saiz, con cargo de secretario de Estado.

La llegada de este conquense, nacido en 1956, sorprendió por a la escasa vinculación que atesoraba en su currículum con los temas que ahora debería coordinar en Inteligencia.

Alberto Saiz, ingeniero de Montes de carrera, desempeñó en Castilla La Mancha bajo el Gobierno de Bono diferentes cargos relacionados con el medio ambiente. Finalmente fue director general de Medio Ambiente en la Consejería de Agricultura y en julio de 2003 fue nombrado Consejero de Industria y Trabajo de la Junta.

El director del CNI defendió desde el principio la misma línea que su antecesor en el cargo y negó que hubiera “elementos que indiquen la conexión” entre ETA y los grupos terroristas islámicos.

Asimismo, en una entrevista publicada en El País algo más de un año después de su nombramiento en abril de 2004, Saiz mostró su visión del conflicto desatado en Iraq al afirmar que «no veo un mundo más seguro tras la invasión de Iraq».

Motivaciones del CNI

A través de su página web, el Centro Nacional de Inteligencia muestra al público “dentro de los límites que nos permite la legislación, nuestro Centro, nuestra historia, nuestras realidades y nuestras aspiraciones.”

Según la legislación vigente desde 2002 el CNI es un

Organismo público responsable de facilitar al Presidente del Gobierno y al Gobierno de la Nación las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión.

Así, el objetivo último de los responsables de Inteligencia será, por tanto preservar la independencia o integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de derecho y sus instituciones.

De este modo justifican su presencia en la estructura de un país en la necesidad de que hoy en día los gobiernos cuenten con Servicios de Inteligencia “capaces de proporcionarles en tiempo oportuno los elementos de juicio necesarios para fundamentar sus decisiones”.

Cuando obtiene información sobre cualquier hecho que pudiera requerir una respuesta inmediata o sea constitutivo de delito, el Servicio, de acuerdo con la naturaleza de lo que se trate, lo transmite bien al Ejecutivo, para apoyar o complementar sus decisiones, bien a las Fuerzas de Seguridad del Estado, para que tomen las medidas que consideren pertinentes.

El pacto de silencio

Los servicios de Inteligencia de todo el mundo siempre han estado rodeados de un halo de misterio intrínsecamente relacionado con su naturaleza. La razón para callar las más de las veces se puede entender en el momento en el que se abre una investigación sobre cualquiera de los asuntos que puedan interferir en la buena marcha del Estado y necesitan discreción para que el objetivo de la misma no sea desbaratado.

Así, este secretismo se justifica en el hecho necesario de proteger

Determinadas fuentes, materias, identidades, hechos o decisiones no sean conocidas por quienes podrían valerse de esa información para actuar contra los intereses del Estado.

En una sociedad libre y democrática como la española, según comentan desde el CNI, es complicado encontrar el equilibrio entre este secretismo y la demanda de información por parte de los medios de comunicación y la sociedad.

Lograr un punto de encuentro entre el derecho a conocer de los ciudadanos, el deseo de saber de los profesionales de los medios de comunicación social y la necesidad de reserva que se deriva de las especiales responsabilidades y misiones de la Inteligencia.

Quién recibe la información

El CNI dependen del ministerio de Defensa y como tal los primeros destinatoarios de las informaciones obtenidas por este organismo son ofrecidas al presidente de Gobierno y a los ministros, especialmente a aquellos de las carteras de Asuntos Exteriores, Defensa e Interior.

No obstante, “más que habitualmente” otras entidades de la Administración y el jefe del principal partido de la oposición reciben información detalla de los trabajos del CNI.

Eso sí, las materias contenidas en los informes, las fuentes utilizadas y la documentación difundida puede recibir la clasificación de secreto, reservado o confidencial.

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