(PD).- Los populares han salido encantados de su convención, aunque con algunas dudas. Por un lado, resulta evidente que muchas de las propuestas lanzadas por el PP no han tenido apenas eco en los medios de comunicación. Por otro, tras escuchar el vibrante discurso Nicolás Sarkozy y compararlo con la desvaída intervención de Mariano Rajoy, más de uno echa en falta un líder con la fibra del ministro del Interior frances.
¿Dónde está el Sarkozy del PP? Se pregunta Miguel Gil, periodista de la revista Época. La pregunta, colocada en boca de un fontanero de la sede central, en la madrileña calle Génova, no podía ser más obvia:
“El Sarkozy del PP es Rajoy, quien además es más Sarkozy en España que el propio Sarkozy en Francia”.
Rajoy ha declarado que sabía muy bien qué y cómo lo decía:
“No quise hacer un mitin, sino que quise dar un mensaje al conjunto de la opinión pública española”.
Afirma Miguel Gil que el autor del flojo discurso de Rajoy -«según apuntan todas las fuentes consultadas»- fue Pedro Arriola, al heredado asesor.
Más que nunca, durante estos días se ha escuchado el latiguillo “Mariano Rajoy es Mariano Rajoy”. La intervención, más allá del tono, ofrecía un análisis de las consecuencias de las prioridades de Zapatero y volvía a incluir una nueva oferta pública de pacto al presidente ante el estatuto catalán y la lucha contra el terrorismo.
Muchas de las iniciativas presentadas en los grupos de debate no han tenido el eco esperado en los medios de comunicación. Se dio una saturación de información, obviando interesantes propuestas, como la de la reforma fiscal o el voto de los inmigrantes en las elecciones municipales. En cualquier caso, el formato a la americana, coordinado por Gabriel Elorriaga y Sebastián González, ha sido un éxito al que también contribuyeron el equipo de comunicación y el trabajo de las Nuevas Generaciones -con congreso a la vista- que preside Carmen Fúnez. Como apuntaba un diputado, al PP “le cuesta mucho cambiar” e introducir novedades, pero en cuanto ve que funcionan, las explota.
Con la convención, el Partido Popular ha abierto un canal de comunicación con la sociedad civil que pretende ir consolidando y reflejando en su programa. De hecho, ya se ha anunciado la intención de la dirección del partido de continuar con los grupos de trabajo. Los discursos de los diferentes representantes del partido evidenciaron “cierta disparidad” de criterios, como señala uno de los asistentes a maitines, aunque agrega que mucho menor y con más unidad que la que se puede dar en cualquier otra formación. De fondo, los denominados halcones parecen haber ganado la batalla ideológica en el partido. Los matices a la hora de hablar de la negociación con ETA o sobre la propuesta de Estatuto para Cataluña son más bien inexistentes -cierto es que no intervino Piqué en el plenario-.
Ahora, los populares vuelven a la normalidad con dos prioridades: su oposición a la propuesta de Estatuto de Cataluña -lo que en el plano inmediato incluye la campaña de firmas- y a la negociación con la banda terrorista ETA. Además, prácticamente entran en un escenario de precampaña electoral ante los comicios del año que viene. Asimismo, apuntan a la educación como otro de los frentes de batalla de los populares: “Es uno de los temas que movilizan”, señalan.
