(Felipe Valdés, Periodista Digital).- Lo ha dicho sin remordimientos. El líder de la banda británica Oasis, Noel Gallagher, estaba en la capital chilena el sábado 11 de marzo. La ciudad se encontraba rodeada por servicios de seguridad.
Más de una treintena de Jefes de Estado de todo el mundo asistía a la ceremonia en la que por primera vez asumía una mujer a la presidencia de la república chilena, Michelle Bachelet. Gallagher no se enteró hasta el día siguiente.
Habló de lo que significa que un país tenga a una mujer como Jefe de Estado durante una entrevista que dio al principal periódico chileno El Mercurio, cuando le preguntaron su opinión sobre el cambio de mando.
«¡Tienen una mujer presidenta! Uf, Dios los ayude», comentó con una sonrisa irónica en la punta de los labios. Gallagher justificó su observación:
«Porque nosotros tuvimos una mujer como primer ministro (Margaret Thatcher) y arruinó el país».
Sin embargo su interlocutor le hizo notar que Thatcher era conservadora, Bachelet es de centroizquierda. A lo que respondió:
«¿De verdad? Ja. No sé. Las mujeres son siempre lo mismo»
Y sobre Michelle Bachelet preguntó: »¿Es atractiva, cocina, limpia?».
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17.01.06 13:18
PRESIDENTA Y MUJER, ¿Y QUÉ?
Elena de Regoyos (Periodista Digital).- ¿Le hubieran preguntado a un hombre, recién electo presidente de un país, cómo lo compaginará con su vida familiar? La prensa le busca las vueltas a la condición femenina de Michelle Bachelet.
Las mujeres presidentas o primeras ministras están de moda en las páginas de internacional de la prensa de todo el mundo. Estos días han coincidido la chilena Michelle Bachelet, presidenta electa de Chile, con las presidentas finlandesa, Tarja Halonen, que aspira a un segundo mandato, y la liberiana Ellen Johnson Sirleaf, que asumió su cargo este lunes. Por si fuera poco, el Financial Times habla este martes de «Merkelmanía», término utilizado habitualmente en la prensa: Merkelmania (en Fistfulofeuros) y Merkelmania (del alemán Klaus Staeck en Freitag 23).
Si bien es cierto que el acceso de diversas mujeres a los puestos de máximo poder de un país es un hito en la lucha por la igualdad, la obseción por la condición femenina de las mismas está llegando a intoxicar a la prensa hasta el punto de titulares y frases como las siguientes:
«Por ser mujer, habrá exigencias más duras» (diario La Prensa, de Chile): «El cargo de primera dama lo asumiría su madre o una de sus hijas. Después de dos matrimonios fallidos, no se le conoce novio a la presidenta electa».
Les preocupa en Chile este tipo de cuestiones, o eso cree la prensa nacional que, para rematar, y hablando de la condición de mujer de Bachelet, plantea lo siguiente:
«Bachelet no podrá ‘andar con dolores de cabeza'».
Vaya por Dios. Sin comentarios.
También se angustia el Canal 13 chileno con la cuestión de la primera dama:
«Tener por primera vez una mujer al mando del país también conlleva cambios. ¿Debemos referirnos a Michelle Bachelet como Presidente o Presidenta?, ¿Qué pasa con el protocolo y quién cumplirá con la función de primera dama?»
Aunque con más seriedad y tratando a Bachelet como la presidenta electa, y no como una mujer que juega a «presidentes» como quien los hace con «cocinitas», el diario chileno La Nación enfoca la cuestión como hito, si bien no puede evitar titular:
«De jefa de familia a Jefa de Estado.»
Que haya sido la primera mujer en ser elegida presidenta en América del Sur es relevante, no cabe duda, y ella misma lo resaltó recién elegida:
«Quién lo hubiera pensado, amigas y amigos, quién hubiera pensado 20, diez o cinco años atrás que Chile elegiría como presidente a una mujer».
Bachelet les pone en su sitio
Sin embargo, pronto experimentó la cruz de este hito en las preguntas de unos medios de comunicación que no supieron tratarlo y que le preguntaron directamente cómo sobrellevaría «sin cariños» su cargo, por el hecho de no tener pareja:
«Me encantaría que si aquí hubiera estado un hombre, le hubieran preguntado lo mismo, así que desafío que en el futuro a los hombres les hagan ese tipo de preguntas.»
«A los ministros, cuando yo los nombre, pregúntenles cómo se las arreglan para ver a su hijo y ese tipo de cosas, porque debieran verlos también, ¿no? Hombres y mujeres deben hacerse cargo de la familia. Y eso es a lo que yo quiero contribuir.»
«He estado un año y cuatro meses en campaña y me las he arreglado perfectamente.»
