Elena de Regoyos (Periodista Digital).- La periodista estadounidense Jill Carroll, secuestrada desde hace más de dos meses en Iraq, ha sido liberada, informó hoy la agencia italiana Ansa. La liberación de Carroll fue confirmada, según el despacho de Ansa fechado en Bagdad, por Tarek Hashimi, líder del Partido Islámico Iraquí.
The Washington Post también informa sobre la liberación de la periodista; según el corresponsal Jonathan Finer y comenta también el número de secuestros de extranjeros desde el inicio de la guerra: alrededor de 425.
Carroll, de 28 años y colaboradora del diario The Christian Science Monitor, fue secuestrada el 7 de enero en Bagdad. Sus secuestradores, que se autodenominan las Brigadas de las Venganza, exigieron la liberación de todas las mujeres presas en Iraq para soltar a la reportera. Desde entonces los captores han difundido tres vídeos de la periodista, en los que pedían la liberación de varios presos.
The Christian Science Monitor no da más detalles, informando de esta feliz noticia tan sólo con una pequeña llamada en el margen izquierdo de la portada de su diario online:
«Jill Carroll liberada
Tras haber permanecido recluida durante cerca de tres meses, Jill Carroll es libre.»
Sin embargo, pinchando sobre esa noticia lleva a lo último que dicho diario tenía publicado sobre la periodista, unas declaraciones de su hermana del pasado miércoles:
«Se pregunta cómo la estarán tratando y está preocupada porque han pasado dos meses desde el último video, no sabe si está viva.
Ninguna familia tendría que soportar eso, está muy agradecida al pueblo iraquí que le ha demostrado un gran apoyo en esos momentos y espera que los que la tienen retenida se den cuenta de la gran persona que es y tengan piedad de ella.»
Últimamente, extrañaba la escasa información que se sabía del estado de la periodista, ya que ni los secuestradores, ni las autoridades iraquíes o el ejército estadounidense ofrecían ningún tipo de información acerca de su posible liberación o asesinato.
Quizás esto confirmara una de las primeras teorías que se plantearon cuando se supo de su secuestro, en enero de este año. Entonces en España pudimos leer la noticia recién acontecida, pero en su país no se supo hasta dos días después. ¿Por qué?
La respuesta la ofrecía Editor&Publisher (E&P):
«Numerosos medios extranjeros revelaron el incidente -y en algunos casos el nombre de la reportera-. Esta historia no apareció en el The New York Times, The Washington Post, Los Angeles Times, y otros periódicos y websites estadounidenses.»
La agencia Associated Press justificaba así su vacío informativo:
«Nos advirtieron que cuanto menos dijéramos, mejor sería para proteger a la secuestrada.»
Sin embargo, esta falta de información no ayudaba a ser optimista, pese a que fuentes de la policía iraquí eran optimistas en cuanto a la libertad de la periodista.
Después de que expirara el primer plazo ofrecido por los secuestradores, pasaron unos días hasta que la cadena kuwaití Al Rai emitiese un nuevo vídeo de la periodista rogando a los mandos del ejército estadounidense la liberación de nueve prisioneras iraquíes.
Ya a finales de enero, el ejército estadounidense liberó a cinco presas iraquíes; aunque desde la Casa Blanca se negase reiteradamente relación alguna entre la liberación de estas presas con el secuestro de Jill Carroll. Parece que han conseguido llegar a buen puerto.
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