Bono, la estrella mediática dominical

(Felipe Valdés, Periodista Digital).- El País y El Mundo lo llevan en sus portadas como un triunfo sobre el otro. Entrevista a José Bono, hasta con erratas incluidas. Ambos periódicos publican conversaciones que han sostenido con el primer ministro que se baja del barco de ZP y que ha dado para mil y una interpretaciones.

El enfoque, como era de esperar, es distinto. Más político en El Mundo, más humano en El País, pero los dos se desviven por lanzar elogios al hombre que según cuenta su momento más difícil a la cabeza de Defensa fue cuando un alto mando intentó desobedecer la orden de retirar las tropas de Irak.

Este es un extracto de las dos entrevistas, la de El País firmada por Miguel González y la de El Mundo…

El Mundo:

El ministro mejor valorado del Gobierno de Zapatero, José Bono, explica en una entrevista concedida a EL MUNDO los motivos de su dimisión. «He querido, sin aspavientos, compatibilizar la coherencia personal con mis principios y la lealtad al presidente».

En la entrevista Bono, además de explicar las razones que han provocado su marcha del Ministerio de Defensa, también habla de su labor como ministro, su opinión sobre el Estatuto o su posición ante el alto el fuego de ETA.

Su dimisión

«Después de casi 30 años en la primera línea de la política se debiera entender que una persona humana, no divina, quiera poder atender a su familia».

«Yo traslado razones y emociones. A otros corresponde hacer interpretaciones que serán más o menos acertadas».

«Mi dimisión como ministro es un punto de inflexión en mi vida que hoy percibo como definitivo».

El Estatuto

«En términos generales, y no referido solamente al Estatuto, lo que no hubiera hecho es votar en contra de algo que me produjera importante rechazo y, a continuación, ponerme a silbar hacia otro lado. Es cuestión de carácter».

Su labor como ministro

«Prefiero que me juzguen los ciudadanos. Las encuestas no han sido desfavorables».

«Desde el principio supe que a los militares les gusta estar bien mandadados y eso exige prudencia y conocimiento de la realidad».
Alto el fuego de ETA

«Los muertos exigen toda la dignidad y toda la justicia. Algunos vivos deberían no usar a los muertos en su provecho».

«PSOE y PP deberían estar juntos en muchos sitios. Los españoles no entenderían que la política de partido sea más importante que la política de Estado en la lucha contra los terroristas».

Y la entrevista de El País, donde arrancan diciendo que al día siguiente del anuncio de su salida del Gobierno, José Bono no tiene el aspecto de un político prejubilado.

«No me he sentido un dique para los nacionalistas»

P. ¿Cuándo le planteó por primera vez su dimisión?

R. Creo que fue en diciembre.

P. ¿Y por qué ha tardado tanto en llevarlo a cabo?

R. Porque el presidente siempre encontraba motivos para demorar la decisión y la realidad tampoco nos facilitó hacerlo con mayor rapidez.

P. ¿Hubo algún hecho que sirviera de detonante a su decisión?

R. Nada de lo que le ocurre a mi país ha sido ajeno para el ministro de Defensa.

P. ¿Y cuándo supo que el relevo sería el Viernes de Dolores?

R. El 26 de marzo, a mi regreso de la imposición del capelo cardenalicio a Cañizares, estuvimos juntos y el presidente decidió que sería el 7 de abril, aunque él no sabía que era Viernes de Dolores.

P. Sin embargo, ha parecido improvisado y el viaje de los Reyes a Arabia ha obligado a aplazar los relevos hasta el martes.

R. Lo que ha habido es mucha discreción.

P. ¿Se habría marchado si el presidente le hubiese encomendado la negociación con ETA?

R. Ésta es una hipótesis que no se ha dado. Decía Baltasar Gracián que es de hombres prudentes resolver los problemas que les llegan y de imprudentes salir a buscarlos.

P. Para algunos, su presencia en el Gobierno era una garantía de que las concesiones a los nacionalistas no sobrepasarían determinados límites.

R. Nunca he tenido la sensación de ser un ministro-dique, aunque algunos nacionalistas dicen que se han alegrado de mi marcha no por aversión personal, sino por mi oposición a sus propósitos disgregadores.

P. ¿Cuál fue su peor momento como ministro de Defensa?

R. Sin duda, cuando velé los cadáveres de los 17 militares que murieron en el accidente del Cougar antes de subir al Hércules que los traía a España.

P. ¿Y el más delicado?

R. Cuando recibí del presidente la orden de retirada de Irak y un alto mando, del que entenderá que no revele la identidad, intentó desobedecerme.

P. Usted descarta competir por la alcaldía de Madrid, pero su popularidad es un capital del PSOE.

R. El presidente ha dicho que trabajará para que mi retirada no sea definitiva, pero sabe que el éxito en esa tarea es muy difícil y no creo que lo intente por ahora.

P. O sea, que no cuente con usted para las elecciones de 2007.

R. Como candidato, no. Como militante, sí.

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