Ganar batallas después de muerto: el FBI contra el periodista Jack Anderson

Susana Mendoza (Periodista Digital).-A pesar de que ya no representa ningún peligro para los organismos de inteligencia de EEUU y ya no investigará nunca más los desmanes gubernamentales, el periodista de investigación Jack Anderson, muerto el año pasado, aún hace temblar a los altos cargos del gobierno; ahora, el FBI quiere hurgar entre las 200 cajas que Anderson acumuló en sus cuatro décadas como periodista, a pesar de la negativa rotunda de la familia.

Como publica un artículo del New York Times escrito por Scott Shane, del 18 de abril, la familia del difunto periodista ha denegado la petición del FBI de buscar entre las casi doscientas cajas de archivos, donde se encuentran las carpetas de casos como los planes de la CIA para matar a Castro, diferentes planes para Irán o los tejemanejes de varias generaciones de congresistas.

Jack Anderson era lo que en el argot del periodismo norteamericano se llama un “muckraker”, algo así como los que “buscan entre el barro o la porquería”, una clase de periodistas de investigación, como Woodward y Bernstein, que indagan entre las aguas cenagosas de la política estadounidense. Según el hijo de Anderson, Kevin, permitir al FBI bucear en los archivos de su padre, sería:

Traicionar los principios del padre e intimidar a otros periodistas y por proteger esto los miembros de la familia incluso estarían dispuestos a ir a la cárcel.

Pero para el FBI, remover los ficheros de Anderson, que esperan a ser catalogados en la Universidad George Washington, es simplemente una cuestión de derecho, como dice el portavoz del FBI, Bill Carter:

Se ha determinado que entre esos papeles hay documentos clasificados del gobierno de los Estados Unidos. Según la ley, ninguna persona puede poseer material clasificado que además les han sido entregados de forma ilegal. Estos documentos continúan siendo propiedad del gobierno.

Como dice el diario neoyorquino, este empeño de buscar entre los documentos se debe a que la investigación que el FBI está realizando para encontrar evidencias en el caso de dos lobbistas pro israelíes, se ha recrudecido hasta convertirse en un pulso entre los esfuerzos del gobierno de Bush para proteger los secretos oficiales y los esfuerzos de los periodistas para descubrirlos.

Intento de criminalizar

Además estos dos lobbistas están a la espera de un juicio por recibir información clasificada, en un caso en el que los abogados de derechos civiles aducen que se trata de un simple intercambio de información interna que se intenta criminalizar.
Pero lo que está sorprendiendo más, es el hecho de que el FBI intente acceder al material que fue filtrado hace años, algo de lo que no hay ningún tipo de precedente, como afirman los expertos en la Primera Enmienda.

El bibliotecario de la Universidad George Washington, donde se encuentran ahora todos los documentos de Anderson, afirma que:

Desde luego no queremos que nadie se ponga a buscar entre este material, mucho menos el FBI. Creemos que Jack Anderson representa algo importante en la cultura americana- él se preguntaba ‘¿cómo funciona nuestro gobierno?’

Kevin Anderson, confesó al New York Times que él cree que el pretexto de buscar información y material clasificado de los lobbistas pro israelíes es una excusa para hacer una búsqueda más amplia, para encontrar documentos del FBI y la CIA que Anderson tenía guardados desde los 70.

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