La CIA expulsa a la «topo» de la Prensa

(PD/Agencias).- La agresiva campaña de Bush para perseguir las filtraciones de información sensible a los medios ha cosechado sus primeros frutos. La CIA acaba de expulsar a una veterana agente que habló con «The Washington Post» sobre los centros de detención secretos que la agencia de espionaje gestionaba en Europa del Este.

Aunque la agencia no identificó a su topo, los medios han revelado que se trata de Mary McCarthy, una funcionaria que trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional -el foro asesor del presidente en materia de inteligencia- durante la Administración Clinton y brevemente para Bush.

Según explica Marta G. Hontoria en La Razón, la represalia de la CIA es una medida drástica y poco frecuente en la historia de la agencia. Representa una clara señal de que su director Porter Goss, alentado por la Casa Blanca, se ha tomado muy en serio la persecución de las fuentes anónimas de los periodistas cuyas revelaciones han puesto en el disparadero a la Administración.

El Departamento de Justicia tiene abiertas varias investigaciones para dar caza a presuntos soplones. Una de ellas se centra en esta filtración sobre las prisiones, y la otra en la información de «The New York Times» sobre el programa de escuchas domésticas sin orden judicial que ha causado tanta polémica en EE UU.

McCarthy, que en la actualidad estaba asignada a la Oficina de Inspección General de la CIA e investigaba el papel de la agencia en las torturas de prisioneros iraquíes, confesó tras no superar la prueba del polígrafo.

La CIA no ha querido dar muchas explicaciones, pero fuentes próximas a la investigación han indicado que no era la primera vez que McCarthy hablaba. El portavoz de la CIA, Paul Gimigliano, se limitó a señalar que la agente había sido despedida «por contactar con los medios sin autorización y revelar información clasificada».

Naturalmente, todo el personal de la CIA suscribe un acuerdo de confidencialidad antes de empezar a trabajar en la agencia. «The Washington Post» no comentó la suerte que ha corrido su fuente, pero señaló que «ninguno de sus periodistas fue llamado a testificar».

Goss había indicado en repetidas ocasiones que no toleraría las filtraciones. En febrero declaró ante el Senado que la proliferación de gargantas profundas «ha dañado severamente nuestra capacidad para llevar acabo nuestra misión». El presidente de dicho comité, el republicano Pat Roberts, celebró la expulsión de McCarthy y confió en que la CIA «continúe investigando enérgicamente otros casos destacados de filtraciones».

El demócrata Robert Menendez instó a Bush a castigar también a los responsables de su Administración que filtraron información sobre Irak antes de la invasión y revelaron la identidad de la agente secreta Valerie Plame.

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