Juan C. Osta (Periodista Digital).- Tampoco para la prensa internacional el último «ataque» de ETA ha pasado desapercibido. Diferentes periódicos alrededor del mundo se preguntan sobre las repercusiones tanto de este nuevo atentado terrorista como de las consiguientes declaraciones, tanto del Gobierno como de la oposición, van a tener en el llamado «proceso de paz».
Juan Pedro Quiñonero, en la Revista de Prensa del diario ABC, hace un repaso por lo principales diarios.
Desde Londres, las ediciones en lengua castellana de la BBC se preguntan por el alcance de las «advertencias» cruzadas de ETA y el Gobierno español ante «la primera acción violenta desde la declaración del cese el fuego permanente».
A partir de ahí, la noticia precipita un largo rosario de incertidumbres en todo el cono sur americano. En Argentina, Clarín subraya los problemas de fondo que vuelve a plantear el inquietante «escollo» de la kale borroka. En Uruguay, La Calle insiste en las informaciones de los empresarios navarros que habían denunciado las presiones y cartas etarras, y termina haciéndose eco de quienes han insistido en «las actividades criminales que no cesaron durante la tregua».
En Venezuela, El Tiempo habla de las distintas formas de la violencia etarra y considera significativo que sea en Navarra donde estallan las primeras llamaradas tras la tregua. En Perú, Perú 21 retoma un arco iris de llamamientos a la cautela, que van del gris oscuro al negro azabache. En México, El Universal pone de manifiesto que ETA tiene muchas simpatías entre la izquierda nacional, y destaca la llamativa visita de Cuahhtémoc Cárdenas, «líder carismático» de una cierta izquierda mexicana, a los etarras que pronto debieran ser extraditados. El candidato a presidente mexicano denuncia la «causa represiva» del Gobierno español y silencia llamativamente los crímenes, tregua e incendio pos-tregua.
En la otra orilla del Atlántico, en Escocia, el Sunday Herald publica un largo reportaje sobre las exigencias nacionalistas vascas sobre el «Guernica» de Picasso, comentando que ese debate «atiza las llamas del resentimiento».
