Los espectros de la Moncloa

El jefe lleva una semana vagando por la casa como un fantasma y tiene que forzar el rictus para que se le dibuje una sonrisa cuando se cruza con el servicio. Esto ya no es lo que era. Hoy se ha pegado la noche en su despacho cabizbajo, meditativo paseando de una punta a otra de su despacho. De vez en cuando detenía el eterno ir y venir frente a su pequeño transistor; lo miraba frunciendo los ojos y movía lentamente la cabeza de derecha a izquierda. A las seis y pico de la mañana ha enchufado por primera vez la radio. Dieter Brandau había comenzado ya a arengar a la tropa. ¡No puede!. Lo ha intentado un par de veces más… Sonsoles se ha desesperado cuando ha visto que el presidente, muy nervioso, moviendo las manos, reprendía a gritos al aparato.

Llevan toda la semana los cuatro espectros persiguiendo al príncipe Hamlet. Federico, Nacho, Cristina y César han repetido una y mil veces a su parroquia que estén el sábado. “Este sábado 10 de junio en la madrileña Plaza de Colón. No me pueden fallar”. Además, si ustedes no van, les pueden seguir en directo por la COPE. Retransmiten Federico y Nacho Villa.

Dieter Brandau, imagen y semejanza de Federico Jiménez Losantos, le coge el testito el fin de semana. El mensaje de hoy era el esperado: hay que conseguir que Colón se inunde. Hay que conseguir que sea la sociedad civil la que baje al presidente de esta montaña rusa a la que ha se ha subido del bracete de Otegui. A la que nos ha subido.

Dieter Brandau ha levantado de la cama a José María Aznar. Se ha vuelto a disculpar por no poder asistir a la concentración de la AVT y ha dicho que “la negociación con los terroristas es una realidad, es un error, es una temeridad y es una forma de encarar la política antiterrorista que va a tener graves costes para la estabilidad de España”.

Aznar, que no va a poder asistir por “un compromiso académico ineludible en Estados Unidos”, ha dicho que esta tarde estará en Colón con el corazón.

Yo le diría al Gobierno que esté con las víctimas. Que nunca olviden a las víctimas. Y que siempre estén con una política con la idea, que lo sepan, de que la derrota de los terroristas es posible, es conveniente y es lo deseable. Y que no hay que pagar nunca ningún precio por ninguna paz falsa. Una paz falsa no merece que España se destruya ni que los terroristas puedan conseguir lo que les hemos negado durante cuarenta años. Y además de eso, traicionar a las víctimas. Hay que luchar contra ellos, hay que luchar al lado de las víctimas.

El presidente ha cedido. Se ha dado cuanta de que algo falla, de que por ese camino no va a conseguir que desaparezcan sus fantasmas. Y hay que superar la fobia a Aznar. La semana que viene comienza con el psicoanalista. Seguro.

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