Juan C. Osta (Periodista Digital).- Es imposible entender a Zapatero y algunas de sus decisiones sin tener presentes a sus consejeros. A los elegidos que susurran al oído del Presidente. Son muy pocos y entre ellos destaca Suso de Toro, quien afirma que la asistencia masiva a la concentración organizada por la AVT demuestra que Madrid «es ahora una ciudad tomada por la extrema derecha».
Aunque es el favorito de Zapatero, Suso de Toro no es el único escritor, ni el único gallego del entorno presidencial.
En el grupito de asesores íntimos, también está Manuel Rivas, quien habitualmente y al igual que Suso de Toro, publica columnas de opinión en El País y aparece en los micrófonos de la Cadena SER.
El propio Rodríguez Zapatero ha manifestado en más de una ocasión que tiene a De Toro como uno de sus referentes intelectuales. Puntualiza que mantiene con ñel correspondencia por mail “al menos dos veces por semana”.
Sobre la concentración de la AVT ha dicho De Toro: «Madrid es ahora una ciudad tomada por la extrema derecha«. ¿Se debe a ellos el radicalismo del presidente?
En la Cadena SER, el escritor que tanto agrada a ZP, según confesión del propio presidente, entiende que la muchedumbre congregada el pasado sábado para exigir al Gobierno que derrote a ETA demuestra que Madrid «se ha convertido en una ciudad tomada, una ciudadela de la extrema derecha«.
Esta devoción de Zapatero por el nacionalista gallego puede resultar preocupante si se tiene en cuenta su visión sobre la integridad de España y el hecho de que “se siente ciudadano de una nación que todavía no existe y que es la nación gallega”. Ideas inquietantes, sin duda, que afectan al devenir político del país.
EL MAQUIAVÉLICO RUBALCABA
El nombramiento de Alfredo Pérez Rubalcaba como nuevo ministro de Interior desató las iras del Partido Popular. Este sagaz político fue el portavoz de los últimos gobiernos de Felipe González, que se caracterizaron por los graves escándalos de corrupción y los descubrimientos periodísticos sobre el terrorismo de Estado.
Rubalcaba, también, fue el encargado de firmar el Pacto Antiterrorista con el PP, mientras era el artífice en la sombra del alto el fuego dialogado con Batasuna. Para los populares además es la persona que en plena jornada de reflexión salió a la televisión, en plena conmoción por los salvajes atentados de Madrid, a decir que «no nos merecesmos un Gobierno que mienta».
Una persona de mente fría y educadas formas que se ha convertido en la pieza clave del Gobierno Zapatero en su apuesta por este «alto el fuego«. Da instrucciones al resto de ministros para la comunicación con los medios de comunicación. Es todopoderoso dentro del partido y fundamental dentro del organigrama del Gobierno actual
MORALEDA: DEL CAMPO AL PODER
Si bien la salida de Barroso de la Secretaría de Estado de Comunicación era una salida anunciada, la entrada de Fernando Moraleda no dejó indiferente a analistas y periodistas políticos.
Su primer cargo importante le llegó de la mano del sindicato UGT, al hacerse cargo de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Su gestión durante esta época es calificada desde diversos sectores como “irregular, incompetente y partidista”.
En 2004 es promocionado, de la mano de su amiga Espinosa, a la Secretaría General de Agricultura. Según Carlos Gil, presidente de Prolec (Federación Española de Empresarios Productores de Leche), “entre los logros que han llevado al sector productor de leche a una situación de parálisis sin precedentes históricos, hay que destacar el Plan de Reestructuración del Sector Productor Lácteo (PRSPL), la pretendida retención del 10% de las ayudas de la PAC, el freno al desarrollo de la calidad de la leche y el intervencionismo del mercado de cuotas lácteas”.
Precisamente el reparto “favoritista” de cuotas sobrantes de leche es visto desde Prolec como unos de los motivos por los que el ex sindicalista ha accedido a su nuevo cargo.
Para Gil,“con el nombramiento de Moraleda como secretario de Estado de Comunicación, Zapatero le paga por sus servicios en las últimas elecciones gallegas”. Moraleda, desde el Ministerio de Agricultura, repartió más del 70% de la cuota láctea abandonada en Galicia para, en palabras de Gil, “obtener beneficios políticos por parte del Gobierno”.
Si en España sus métodos no fueron ortodoxos, peor fue su entrada en Europa. Pocos días después de su nombramiento, fracasó estrepitosamente en las negociaciones de la OCM del aceite, el tabaco y el algodón, dada, en palabras de Gil, “su falta de experiencia y su egocentrismo, que supuso marginar a Arias Cañete de unas negociaciones prácticamente cerradas y encaminadas a ser fructuosas para España”.
La mala gestión de Moraleda en Agricultura apunta a una huida del ministerio. Aunque muchos dudan de su capacidad para el puesto, Moraleda ha demostrado a lo largo de su carrera política ser un buen comunicador y ha dejado patente su habilidad con los medios. Sin embargo, según Gil, “si lo que quiere el Gobierno es mejorar su política de comunicación y dotarla de transparencia, no han dado con el perfil correcto. Pero si lo que desean es manipular la información y dotar de opacidad su gestión, sin duda, han encontrado la horma de su zapato”. El tiempo dirá.
LOS QUE HABLAN AL OÍDO DE ZP
Uno de los imprescindibles de Zapatero, el antiguo secretario general de Juventudes Socialistas, Javier de Paz, se perfila como el principal promotor de Moraleda. El socialista es sobrino del fallecido Jesús Mancho, dirigente dirigente de UGT y mentor político de Moraleda.
Su amistad tanto con el presidente como con el ex sindicalista convierte a De Paz en uno de los protagonistas del desconcertante nombramiento. Actual dirigente de Mercasa, Javier de Paz es conocido como el “presidente ausente” por su escasa afición a ocupar la silla presidencial de la empresa nacional. Su estrecha relación con Zapatero le ha llevado a acompañarle en numerosas ocasiones en sus viajes oficiales.
Tanto le gusta a ZP tenerle cerca que ambos son, también, compañeros de juegos. La cancha de baloncesto de La Moncloa se convierte en testigo directo de una amistad que sobrepasa lo personal y salpica la política española. Otro de los integrantes del dream team de Moncloa es el consejero delegado de Gas Natural, Rafael Vilaseca, que coincidió con De Paz en Panrico cuando éste era directivo de la empresa alimenticia.
CRISIS EN EL ÁREA DE COMUNICACIÓN
No es Barroso el único que huyó de Moncloa. Junto a él, Javier Valenzuela decidió seguir los pasos de su jefe y abandonar la Dirección General de Información Internacional. El flamante periodista de El País, cuyo trabajo se vio eclipsado por la labor de Moratinos, dejó una vacante en el área de Exteriores de la Secretaría de Estado de Comunicación.
Tan sólo Julián Lacalle, responsable del área de Nacional, sobrevive a la crisis que azota al aparato de comunicación de Moncloa. Lacalle, uno de los impulsores de la Nueva Vía que encumbró a Zapatero a la Secretaría General del PSOE, es otro de los incondicionales de ZP y forma parte de su círculo más íntimo.
De la época de sus comienzos como cabecilla del partido socialista también data su relación con el diputado José Andrés Torres Mora, otro de los ideólogos de Nueva Vía y autor de algunos de los discursos de Zapatero en el Congreso. Su marcado republicanismo, con el que el presidente se siente muy identificado, le ha llevado a granjearse su confianza, y con él, como con De Paz, también comparte sus ratos de ocio.
LOS QUE LE ESCRIBEN LOS DISCURSOS
Otra de las mejores cabezas pensantesdel Gobierno es Enrique Guerrero, un histórico dirigente socialista al que también se le atribuyen algunos de los discursos más brillantes y la arquitectura de las actuaciones de las que Rodríguez Zapatero ha logrado salir airoso.
Así, Guerrero habría dibujado las líneas maestras de la comparecencia de ZP ante la comisión parlamentaria del 11-M. Dentro del reducto de fieles de ZP, tres nombres más suenan como imprescindibles para el leonés: José Enrique Serrano, proveniente del equipo de Felipe González, es un jefe de gabinete “discreto, frío, tranquilo y sin ambiciones políticas propias, es decir, el perfectoperfecto jefe de gabinete”, en palabras de quienes le han tratado; Nicolás Martínez Fresno, secretario general de la Presidencia “con una marcada tendencia a inmiscuirse en competencias ajenas” y que se ha convertido en la sombra de los viajes al extranjero del presidente, y Miguel Sebastián, director de la Oficina Económica y cuyo “afán de protagonismo” ha venido a trastocar la defectuosa maquinaria de asesores del presidente.
A pesar de que los tres comparten “una aversión casi congénita” hacia el PP, este engranaje montado, en gran medida, con piezas del felipismo no acaba de funcionar.
LAS MUJERES DEL PRESIDENTE
Entre tanta testosterona no hay que olvidar el papel que desempeña la parte femenina del Gobierno. Gertrudis Alcázar Jiménez, Gertru, como se la conoce dentro de Moncloa, es la sempiterna secretaria del presidente, fiel al jefe desde que Zapatero empezara a subir peldaños dentro del PSOE. Quien fuera, asimismo, secretaria personal de Almunia, es comparada por muchos con Piluca, la ayudante incondicional de Felipe González durante su mandato.
A la sombra de sus compañeros de la secretaría de Estado de Comunicación se encuentra Angélica Rubio, directora general de Coordinación Informática. Rubio, antigua locutora de la SER León y repescada por Zapatero de su ciudad natal, es la que hace y deshace la agenda mediática de su paisano.
La periodista es sólo una de las leonesas que ZP se llevó a la Moncloa tras el 14-J. El lobby leonés, compuesto entre otros por José Antonio Alonso, Amparo Valcarce (Asuntos Sociales), Luis López Guerra (Justicia) o Leire Pajín (Cooperación Internacional) -aunque levantina de adopción, originaria de León-, maneja muchos de los asuntos de mayor trascendencia y actualidad. Y entre todo este pelotón de ayudantes, asesores, políticos, periodistas y compañeros de cancha, el clan de Moncloa se cierra con un nutrido grupo de artistas e intelectuales de izquierdas.
