Barcelona ya no es la ciudad libre y de pensar disparatado y atrevido, que de los Pirineos arriba se observaba con veneración y en cuyo mar, además, se reflejaba el fervor de Europa. Ahora quien se atreve a discrepar de la línea oficialmente marcada por el nacionalismo rampante es contestado con una tunda. Y esto es así a dos días de aprobarse el nuevo marco legal que va a regular la convivencia de todos los que en esa Comunidad viven o pasarán por allí en un futuro. Por algo se empieza.
A un militante de Ciudadanos de Cataluña le abrieron ayer la cabeza. Se atrevió a salir de su «agujero oscuro y calentito» y los de siempre se lo han hecho pagar caro. Una jauría de independentistas amaestrados mandados por el mismo perrero rodean a sus presas cada vez que convocan un acto para pedir el no para el Estatuto de Cataluña. Un no tirando hacia España no están dispuestos a tolerarlo. Los muy tolerantes. Mucho.
Carlos Herrera, que de Cataluña sebe un saber, ha sentado en la mesa redonda de Onda Cero a cuatro caballeros habituales de los cafés políticos. La cosa ha quedado de principio a fin aclarada. José Oneto expone la tesis.
Yo creo que esta campaña del referéndum se va a cerrar con un notable déficit democrático. Hay partidos políticos, sobre todo el Partido Popular, que sorprendentemete se ha convertido en un partido clandestino. Un partido clandestino que se ha dedicado a buscar sede de un sitio a otro en Cataluña perseguido por algunos independentistas. (…)Después del abucheo viene la agrasión; después de la agresión vienen los fenómenos de «kale borroka» que se han producido en el País Vasco y después de la «kale borroka»…todo el mundo sabe lo que viene.
Creo que ha sido una campaña en la que muchos políticos han intentado justificar lo injustificable. Y afortunadamente ha habido una persona, que ha sido el señor Maragall, que ha condenado tajantemente las agresiones, sin decir eso de «el que siembre vientos recoge tempestades».
César Alonso de los Rios habla de que en Cataluña se está dado un fenómeno totalitario como no hay otro en Europa. Nicolás Redondo Terreros expresa su «honda preocupación con lo que viene sucediendo en Cataluña«: «No podemos banalizar lo que está sucediendo en Cataluña, y lo digo desde el País Vasco«. Para Bieto Rubido «son malos los tiempos en que hay que insistir en la obviedad«. El análisis, pues, es obvio. Pura lógica.
Cambio de canal. Busco esa obviedad de la que habla Rubido, y no. Por diferentes estaciones se sigue recurriendo a la teoría de «el que siembra vientos…». Más de lo mismo de cuando Rajoy, de cuando Piqué, pero en matizado. Lo que pasó ayer no fue al Partido Popular y, entonces, la dialéctica se puede rebajar dos puntos. Caigo en la COPE. Allí están poniendo a caldo a Gala. Hablan de una carta en El Mundo descarnada de Teresa Jiménez-Becerril al escritor delicatessen. Un momento, ahora subo…
